ENTRE PINARES VA EL DUERO
Por los campos de Castilla
entre pinares va el Duero,
en su llanura sencilla
el río se vuelve austero.
Pinares que dejan huellas
en tan larga travesía,
donde brillan las estrellas
en perfecta sintonía.
El Duero marcha tranquilo
entonando su armonía,
en su trascurrir perfilo
que derrocha la alegría.
En los caminos del Duero
las nieblas cómo testigo,
los fríos del mes de enero
parecen ser un castigo.
Los pinos parecen blancos
en algunas madrugadas,
y sus nieblas trazan bancos
que fomentan las heladas.
El Duero marcha sin prisa
entre los bellos pinares,
y el viento deja esa brisa
que se teme en los hogares.
Esos pinos piñoneros
que hacen grande los paisajes,
no quieren ser agoreros
ni tierra de vasallajes.
El Duero baja cantando
por la tierra castellana,
y a su paso va dejando
cierta sencillez humana.
Pinares que son caricias
viendo las viñas labradas,
sensaciones de delicias
en sus sendas anheladas.
G X Cantalapiedra.
Por los campos de Castilla
entre pinares va el Duero,
en su llanura sencilla
el río se vuelve austero.
Pinares que dejan huellas
en tan larga travesía,
donde brillan las estrellas
en perfecta sintonía.
El Duero marcha tranquilo
entonando su armonía,
en su trascurrir perfilo
que derrocha la alegría.
En los caminos del Duero
las nieblas cómo testigo,
los fríos del mes de enero
parecen ser un castigo.
Los pinos parecen blancos
en algunas madrugadas,
y sus nieblas trazan bancos
que fomentan las heladas.
El Duero marcha sin prisa
entre los bellos pinares,
y el viento deja esa brisa
que se teme en los hogares.
Esos pinos piñoneros
que hacen grande los paisajes,
no quieren ser agoreros
ni tierra de vasallajes.
El Duero baja cantando
por la tierra castellana,
y a su paso va dejando
cierta sencillez humana.
Pinares que son caricias
viendo las viñas labradas,
sensaciones de delicias
en sus sendas anheladas.
G X Cantalapiedra.