Hola, Marcelino Cid:
Yo no soy Antonio, pero, como a ti, a mí también me ha devuelto a la infancia la singularidad de este personaje. A Torrecilla (y me imagino que con tantos pueblos -supongo que en Bernúy de Coca, también) iba con bastante frecuencia y era una persona que gozaba de mucha aceptación y era, como tú dices, entrañable.
En aquella España pueblerina de los 60 en la que nos criamos, la llegada de este bufón -en el mejor sentido de la palabra- nos hacía alegrar a toda la chiquillada cuantos días anodinos se presentaban de forma reiterada.
Al pie de foto he creído leer "el último juglar". Yo también lo llamaría así. Creo recordar también que, por aquí, lo llamábamos "Luisito de Pozaldez".
Viendo su imagen, creo que a todos nos evoca una entrañable sonrisa de agradecimiento por los encuentros felices con que nos obsequió. Las monedas que sacaba de sus actuaciones eran ganadas con lo mejor de si mismo: hacer reir.
No sé quien eres, Antonio, pero has colocado una foto extraordinaria. Enhorabuena. Yo creo que esta foto no le pertenece a nadie. Forma parte del acervo cultural de un imaginario colectivo de varias generaciones que, hundiendo sus raíces bajo los cielos y en la estepa de esa Castilla profunda que nos vio nacer, queda impregnado en todos nosotros con una marca indeleble.
Un saludo a todos. Miguel Angel Alvarez
Yo no soy Antonio, pero, como a ti, a mí también me ha devuelto a la infancia la singularidad de este personaje. A Torrecilla (y me imagino que con tantos pueblos -supongo que en Bernúy de Coca, también) iba con bastante frecuencia y era una persona que gozaba de mucha aceptación y era, como tú dices, entrañable.
En aquella España pueblerina de los 60 en la que nos criamos, la llegada de este bufón -en el mejor sentido de la palabra- nos hacía alegrar a toda la chiquillada cuantos días anodinos se presentaban de forma reiterada.
Al pie de foto he creído leer "el último juglar". Yo también lo llamaría así. Creo recordar también que, por aquí, lo llamábamos "Luisito de Pozaldez".
Viendo su imagen, creo que a todos nos evoca una entrañable sonrisa de agradecimiento por los encuentros felices con que nos obsequió. Las monedas que sacaba de sus actuaciones eran ganadas con lo mejor de si mismo: hacer reir.
No sé quien eres, Antonio, pero has colocado una foto extraordinaria. Enhorabuena. Yo creo que esta foto no le pertenece a nadie. Forma parte del acervo cultural de un imaginario colectivo de varias generaciones que, hundiendo sus raíces bajo los cielos y en la estepa de esa Castilla profunda que nos vio nacer, queda impregnado en todos nosotros con una marca indeleble.
Un saludo a todos. Miguel Angel Alvarez