En su testamento otorgado en 1362, Pedro I, dona la villa a su hija la infanta Beatriz, a quien ordena que convirtiera el
palacio en un
monasterio que albergara monjas de la orden de
Santa Clara, por lo que hubo que adaptarlo a las nuevas necesidades monacales. En consecuencia, el actual
Convento de Santa Clara es una mezcla de estilos comprendidos entre los siglos XIV y XVIII, e incluso del XII y del XIII, ya que el antiguo recinto mudéjar se levanta sobre la estructura original de otro palacio anterior, del que se tiene una única noticia de tiempos de Alfonso VIII, rey que en 1169 declara libres de todo pecho los
palacios que su tío Raimundo de Borgoña posee en
Tordesillas.