En el siglo IX, García, el hijo mayor de Alfonso III, continuó la labor de repoblación de estas tierras desde
León a través de Tierra de
Campos y
Montes Torozos. Ocupó el Otero que más tarde sería
Tordesillas y desde allí dirigió y centralizó la repoblación con mozárabes y con gentes llegadas desde
Asturias y León.