ENTRE LAS VIEJAS MONTURAS
Entre las viejas monturas fue mirando a su
caballo. Soñó con vivir diabluras y ver en su
casa un gallo. Preguntando a su destino, si era caballero honrado, el precio de su buen signo brillo de nuevo a su lado. Un caballo en
Tordesillas iba pisando un sembrado, mientras las gentes sencillas le llamaron un pecado. Las lanzas de Tordesillas siguen su rumbo marcado, que sin ser las maravillas entienden su mundo anclado. En La Vega galopando, entre
pinos piñoneros, aun
toro ... (ver texto completo)