Y que yo me la llevé al
río pensando que era mozuela pero tenía mario
Fue la niooche de santiago y casi por compromiso
Se apagaron los
faroles y se encendieron los grillos
En las últimas
esquinas toqué sus pechos dormidos
Y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos
El algodón de su engua me sonaba en el oido
Como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos.