LAS CAMPANAS DE MI PUEBLO HAN CALLADO, YA NO TOCAN.
En los tiempos, que vivimos, ya no repican las campanas. La mayor parte de las Iglesias tienen torre y muchas de ellas campanas, algunas son muy antiguas, que han regulado la vida del pueblo, anunciando acontecimientos tristes o festivos o simplemente cosas de la vecindad, como cuando el Sr. Pedro, el sacristán, tocabaen el verano a acarrear a las 3 de la madrugada, o cuando habia algún fuego en el pueblo o en el campo y al oír las campanas la gente salia corriendo en ayuda del perjudicado. Hoy no suelen sonar las campanas. En las grandes o menos grandes ciudades, molestan o apenas se oyen por el ruido de la circulación. En los pueblos porque no hay quien las toque; murió la persona que las tocaba o se marchó a la ciudad en busca de trabajo el joven que sabia hacerlas hablar, cantar o llorar. Ahora el cura con más de 12 pueblos que atender llega siempre a decir la misa, apurado, muchas veces con retraso o no tiene tiempo de subir al campanario o ya no se necesita el toque de las campanas porque los pocos que van a misa o pueden acercarse a la Iglesia o están allí. No llegan a una veintena aunque sumados los años de todos ellos casi llegan a dos mil. En muy poco tiempo las cosas han cambiado mucho. Hoy se anuncia y se llama por el <sms> del móvil, el Facebook, Twitter que las nuevas generaciones utilizan con admirativa facilidad y eficacia antes de saber escribir con el boli, mientras que las generaciones mayores todavía no sabemos manejar. Las campanas de mi pueblo ya no suenan, qué pena.... cómo se van perdiendo poco a poco todas las viejas costumbres que nos vieron nacer a los que ya disfrutamos de la jubilación
En los tiempos, que vivimos, ya no repican las campanas. La mayor parte de las Iglesias tienen torre y muchas de ellas campanas, algunas son muy antiguas, que han regulado la vida del pueblo, anunciando acontecimientos tristes o festivos o simplemente cosas de la vecindad, como cuando el Sr. Pedro, el sacristán, tocabaen el verano a acarrear a las 3 de la madrugada, o cuando habia algún fuego en el pueblo o en el campo y al oír las campanas la gente salia corriendo en ayuda del perjudicado. Hoy no suelen sonar las campanas. En las grandes o menos grandes ciudades, molestan o apenas se oyen por el ruido de la circulación. En los pueblos porque no hay quien las toque; murió la persona que las tocaba o se marchó a la ciudad en busca de trabajo el joven que sabia hacerlas hablar, cantar o llorar. Ahora el cura con más de 12 pueblos que atender llega siempre a decir la misa, apurado, muchas veces con retraso o no tiene tiempo de subir al campanario o ya no se necesita el toque de las campanas porque los pocos que van a misa o pueden acercarse a la Iglesia o están allí. No llegan a una veintena aunque sumados los años de todos ellos casi llegan a dos mil. En muy poco tiempo las cosas han cambiado mucho. Hoy se anuncia y se llama por el <sms> del móvil, el Facebook, Twitter que las nuevas generaciones utilizan con admirativa facilidad y eficacia antes de saber escribir con el boli, mientras que las generaciones mayores todavía no sabemos manejar. Las campanas de mi pueblo ya no suenan, qué pena.... cómo se van perdiendo poco a poco todas las viejas costumbres que nos vieron nacer a los que ya disfrutamos de la jubilación