En primer lugar, un saludo a todo el pueblo de Muriel.
Para comenzar, quiero expresar mi apoyo a Jose Ignacio, por dar la cara y decir lo que piensa sin tapujos. Yo no diré quien soy, no es por miedo ni vergüenza; sino porque no me apetece ir dos ratitos al pueblo, ver malas caras o discutir.
Quiero dar mi opinión sobre lo que a mi modo de ver, es en estos momentos mi pueblo.
Muriel se está convirtiendo en un "pueblo fantasma", vivo fuera y cada día me cuesta más ir ; por la pena que me da ver en las condiciones que se encuentra.
Al entrar Muriel, nos encontramos con el cementerio; !que miedo da entrar! (no por lo que en sí representa un cementerio) !tengan cuidado!, porque hay nichos nuevos sin una tapa de protección ni nada que nos haga advertir el peligro, encima rodeados por hiervas de más de un metro, y se corre el riesgo de caer en ellos. El cementerio está intransitable, a ciertas tumbas no se puede acceder porque la vegetación no nos deja. (Ya sabemos que parte de estos problemas se resolveran cuando lleguen los trabajadores que el ayuntamiento contrata la temporada de verano;pero hasta entonces no podemos visitar a nuestros muertos)
Seguimos avanzando hacía el pueblo, nada más entrar tenemos una fuente que es un monumento a la "dejadez" (da pena verla)Ahí mismo tenemos un pequeño parque infantil que se va deteriorando y nadie se ocupa de repararlo.
Continuamos nuestra visita al pueblo, vamos hacia la plaza, al mirar a un lado y a otro podemos intuir que hay unos jardines con rosales, porque no se ven debido a la "mala hierba" que los tapa.
Por fin llegamos a la Plaza Mayor ! que maravilla de iglesia! es el orgullo del pueblo. ¿qué pasa? ¿ son las siete de la tarde de un maravilloso día de primavera, y no se ve ni un alma? !ah claro! si no queda a penas gente en el pueblo, ya que a los jóvenes no nos ha quedado más remedio que irnos a vivir fuera, porque no veíamos ni un atisbo de futuro en nuestro pueblo (sin colegio, sin supermercado, sin tantas cosas necesarias)
Siempre oigo el mismo comentario: "que pena de Muriel, de aquí a la vuelta de 10 años estará como Honquilana, con la vida que tenía no hace tanto tiempo !que fiestas! ! que tertulias en la plaza!."
Esto que escribo, es la pena que siento por mi pueblo. No quiero juzgar a nadie, simplemente pienso que algo ha fallado; pues como dice Jose Ignacio, sólo tenemos que mirar a los pueblos de alrededor.
Me gustaría ver a Muriel renacer, que la gente del pueblo (aunque pocos)estuvieran unidos, se divirtieran todos juntos, que surgieran nuevas ideas y el pueblo tuviera de nuevo "vidilla".
Para comenzar, quiero expresar mi apoyo a Jose Ignacio, por dar la cara y decir lo que piensa sin tapujos. Yo no diré quien soy, no es por miedo ni vergüenza; sino porque no me apetece ir dos ratitos al pueblo, ver malas caras o discutir.
Quiero dar mi opinión sobre lo que a mi modo de ver, es en estos momentos mi pueblo.
Muriel se está convirtiendo en un "pueblo fantasma", vivo fuera y cada día me cuesta más ir ; por la pena que me da ver en las condiciones que se encuentra.
Al entrar Muriel, nos encontramos con el cementerio; !que miedo da entrar! (no por lo que en sí representa un cementerio) !tengan cuidado!, porque hay nichos nuevos sin una tapa de protección ni nada que nos haga advertir el peligro, encima rodeados por hiervas de más de un metro, y se corre el riesgo de caer en ellos. El cementerio está intransitable, a ciertas tumbas no se puede acceder porque la vegetación no nos deja. (Ya sabemos que parte de estos problemas se resolveran cuando lleguen los trabajadores que el ayuntamiento contrata la temporada de verano;pero hasta entonces no podemos visitar a nuestros muertos)
Seguimos avanzando hacía el pueblo, nada más entrar tenemos una fuente que es un monumento a la "dejadez" (da pena verla)Ahí mismo tenemos un pequeño parque infantil que se va deteriorando y nadie se ocupa de repararlo.
Continuamos nuestra visita al pueblo, vamos hacia la plaza, al mirar a un lado y a otro podemos intuir que hay unos jardines con rosales, porque no se ven debido a la "mala hierba" que los tapa.
Por fin llegamos a la Plaza Mayor ! que maravilla de iglesia! es el orgullo del pueblo. ¿qué pasa? ¿ son las siete de la tarde de un maravilloso día de primavera, y no se ve ni un alma? !ah claro! si no queda a penas gente en el pueblo, ya que a los jóvenes no nos ha quedado más remedio que irnos a vivir fuera, porque no veíamos ni un atisbo de futuro en nuestro pueblo (sin colegio, sin supermercado, sin tantas cosas necesarias)
Siempre oigo el mismo comentario: "que pena de Muriel, de aquí a la vuelta de 10 años estará como Honquilana, con la vida que tenía no hace tanto tiempo !que fiestas! ! que tertulias en la plaza!."
Esto que escribo, es la pena que siento por mi pueblo. No quiero juzgar a nadie, simplemente pienso que algo ha fallado; pues como dice Jose Ignacio, sólo tenemos que mirar a los pueblos de alrededor.
Me gustaría ver a Muriel renacer, que la gente del pueblo (aunque pocos)estuvieran unidos, se divirtieran todos juntos, que surgieran nuevas ideas y el pueblo tuviera de nuevo "vidilla".