Lo que sí que es ridículo es oponerse a la construcción de un Centro Cívico. Primero se lo plantearon como un desafío, como un “a que no tienes...”. Luego cuando vieron que realmente existía un proyecto decían los “sabidillas” y “abogadillos” de turno que era ilegal. Confirmada la legalidad de la ubicación se negaban porque sí , porque les parecía ridículo, y ahora, cuando por fin ha comenzado la obra, recogen firmas argumentando que no les gusta la ubicación.
Comentando con gente de otros pueblos esta situación, me decían que realmente parecía de locos, que cuántos pueblos están esperando este tipo de concesiones de las administraciones, que qué tipo de gente había en Moral que se pudiera oponer a la construcción de un Centro Cívico de estas características. Que realmente esa gente no debía sentir ningún apego hacia su pueblo ni lo suyo, o bien actuaba cegada por envidias, rencores y “mala leche”.
El Centro Cívico es un lugar público. Ustedes sigan si quieren con lo que erróneamente piensan que es su teleclub privado, en su día construido por todo el pueblo y ahora asaltado, allanado e incautado por unos desaprensivos que se negaron a convertirlo en un lugar público, todo por montar su campaña política de cara a las elecciones, donde lo único que han hecho es montar una calefacción ilegal, donde organizan sus meriendas para unos pocos, y donde ya echan hasta a los que siguen siendo socios impidiendo que cumplan con su trabajo. Dan verdadera pena, intentando boicotear unas obras ya en ejecución. Piensan que así hacen daño al alcalde y no se dan cuenta que hasta su finalización y entrega la obra pertenece al contratista y esta gente lógicamente no suele andar con tonterías a la hora de defender su trabajo. Lo de las firmas resulta cómico, de película de Berlanga vamos. Mandar recogerlas a personas de setenta y tantos años es patético y falsificarlas o firmar por otras personas... Pues que quiere que le diga todo el mundo sabe que es un delito. Dicen que dos bares, ¿cuánto piensan que va a durar ese “teleclub” gobernado por esa banda de tarugos a la que nunca le ha importado nada del pueblo, sólo molestar y llamar la atención?... No es necesario ni molestarse en cerrarlo legalmente... Cae por su propio peso.
Comentando con gente de otros pueblos esta situación, me decían que realmente parecía de locos, que cuántos pueblos están esperando este tipo de concesiones de las administraciones, que qué tipo de gente había en Moral que se pudiera oponer a la construcción de un Centro Cívico de estas características. Que realmente esa gente no debía sentir ningún apego hacia su pueblo ni lo suyo, o bien actuaba cegada por envidias, rencores y “mala leche”.
El Centro Cívico es un lugar público. Ustedes sigan si quieren con lo que erróneamente piensan que es su teleclub privado, en su día construido por todo el pueblo y ahora asaltado, allanado e incautado por unos desaprensivos que se negaron a convertirlo en un lugar público, todo por montar su campaña política de cara a las elecciones, donde lo único que han hecho es montar una calefacción ilegal, donde organizan sus meriendas para unos pocos, y donde ya echan hasta a los que siguen siendo socios impidiendo que cumplan con su trabajo. Dan verdadera pena, intentando boicotear unas obras ya en ejecución. Piensan que así hacen daño al alcalde y no se dan cuenta que hasta su finalización y entrega la obra pertenece al contratista y esta gente lógicamente no suele andar con tonterías a la hora de defender su trabajo. Lo de las firmas resulta cómico, de película de Berlanga vamos. Mandar recogerlas a personas de setenta y tantos años es patético y falsificarlas o firmar por otras personas... Pues que quiere que le diga todo el mundo sabe que es un delito. Dicen que dos bares, ¿cuánto piensan que va a durar ese “teleclub” gobernado por esa banda de tarugos a la que nunca le ha importado nada del pueblo, sólo molestar y llamar la atención?... No es necesario ni molestarse en cerrarlo legalmente... Cae por su propio peso.