UNA VUELTA POR MEDINA DEL CAMPO
Cuantas veces fui pisando
esa calle de Padilla,
vi mi futuro alegrando
sin soñar con maravilla.
La Colegiata le adorna
a la Calle de Padilla,
y el corazón se contorna
entre la gente sencilla.
Pisar Medina sin prisa
me lo comentó mi abuelo,
esa ciudad tiene brisa
de darte siempre consuelo.
Entre cafés importantes
te sientes más castellano,
viendo gentes dialogantes
que te ofrecerán su mano.
Medina tiene esa brisa
de hacer crecer ilusiones,
y la niebla nunca eclipsa
el conocer sus razones.
Cuando recorro Medina
siento latir mi pasado,
luego miro su colina
con un Castillo soñado.
La Mota que gran Castillo,
con sus almenas gigantes,
que dan a Medina el brillo
de las rutas importantes.
Pisar Medina un domingo
sin prisa, pero sin pausa,
encontrando al buen amigo
que siempre tiene su causa.
G X Cantalapiedra.
Cuantas veces fui pisando
esa calle de Padilla,
vi mi futuro alegrando
sin soñar con maravilla.
La Colegiata le adorna
a la Calle de Padilla,
y el corazón se contorna
entre la gente sencilla.
Pisar Medina sin prisa
me lo comentó mi abuelo,
esa ciudad tiene brisa
de darte siempre consuelo.
Entre cafés importantes
te sientes más castellano,
viendo gentes dialogantes
que te ofrecerán su mano.
Medina tiene esa brisa
de hacer crecer ilusiones,
y la niebla nunca eclipsa
el conocer sus razones.
Cuando recorro Medina
siento latir mi pasado,
luego miro su colina
con un Castillo soñado.
La Mota que gran Castillo,
con sus almenas gigantes,
que dan a Medina el brillo
de las rutas importantes.
Pisar Medina un domingo
sin prisa, pero sin pausa,
encontrando al buen amigo
que siempre tiene su causa.
G X Cantalapiedra.