CUANDO EL DESTINO NOS GRITA
Cuando el destino nos grita y te sobran las palabras,
no quisieras ser un mito ni ver tu mundo entre cabras.
Cuando el destino nos grita en las frías madrugadas,
la vida misma se agita al ver las encrucijadas.
Somos cruces del destino entre sombras enmarcadas,
no puedes cambiar tu signo ni buscar sendas dañadas.
Viene el destino gritando en la noche desgarrada,
y el corazón va notando una lucha imaginada.
No puedes gritar al viento en las noches marginadas,
ni comentar sufrimiento sobre penosas calzadas.
Llega la voz del destino sufriendo la encrucijada,
y no quieres adivino en la más rara jornada.
Cuando el destino se agita y la tarde es descarnada,
el corazón si palpita viendo la sangre escarchada.
Están contando las horas de una preciosa alborada,
hay gentes que a dios imploran con su garganta callada.
El destino no se cansa de ver batir las razones,
y no quisiera ver pausa ni conocer confusiones.
Cuando el destino camina por diferentes lugares,
el solo lo determina dando fe a muchos hogares.
El mañana te hará libre me dijeron con templanza,
y mucho más si tu escribes conociendo la balanza.
Hay gargantas que están rotas para reclamar derechos,
y temen ver las derrotas de ciertos gestos bien hechos.
G X Cantalapiedra. 26 – 2 – 2025.
Cuando el destino nos grita y te sobran las palabras,
no quisieras ser un mito ni ver tu mundo entre cabras.
Cuando el destino nos grita en las frías madrugadas,
la vida misma se agita al ver las encrucijadas.
Somos cruces del destino entre sombras enmarcadas,
no puedes cambiar tu signo ni buscar sendas dañadas.
Viene el destino gritando en la noche desgarrada,
y el corazón va notando una lucha imaginada.
No puedes gritar al viento en las noches marginadas,
ni comentar sufrimiento sobre penosas calzadas.
Llega la voz del destino sufriendo la encrucijada,
y no quieres adivino en la más rara jornada.
Cuando el destino se agita y la tarde es descarnada,
el corazón si palpita viendo la sangre escarchada.
Están contando las horas de una preciosa alborada,
hay gentes que a dios imploran con su garganta callada.
El destino no se cansa de ver batir las razones,
y no quisiera ver pausa ni conocer confusiones.
Cuando el destino camina por diferentes lugares,
el solo lo determina dando fe a muchos hogares.
El mañana te hará libre me dijeron con templanza,
y mucho más si tu escribes conociendo la balanza.
Hay gargantas que están rotas para reclamar derechos,
y temen ver las derrotas de ciertos gestos bien hechos.
G X Cantalapiedra. 26 – 2 – 2025.