ERAN SERIAS LAS ALARMAS.
El alcohol hace desastres
en los humanos más fuertes,
y no sirven los debates
cuando se acercan las muertes.
Eran serias las alarmas
el alcohol vive presente,
nadie promete ver calmas
en ese sufrido ambiente.
Cómo voces destempladas
entre gritos penitentes,
fueron vidas condenadas
sin poder estar ausentes.
No fueron brindis de vida,
si se pensaba en la muerte,
era la tierra elegida
donde soñaban con suerte.
El alcohol marcó destinos
entre personas decentes,
nadie buscaba adivinos
fueron signos permanentes.
Fueron caminos truncados,
con sus gritos indecentes,
eran pasos alocados
con miradas trascendentes.
Corre el alcohol por las venas
sobre su signo emboscado,
el alcohol no quita penas
y te deja equivocado.
Eran viñedos floridos
por caminos encantados,
fueron tiempos deprimidos
con humanos desquiciados.
G X Cantalapiedra.
El alcohol hace desastres
en los humanos más fuertes,
y no sirven los debates
cuando se acercan las muertes.
Eran serias las alarmas
el alcohol vive presente,
nadie promete ver calmas
en ese sufrido ambiente.
Cómo voces destempladas
entre gritos penitentes,
fueron vidas condenadas
sin poder estar ausentes.
No fueron brindis de vida,
si se pensaba en la muerte,
era la tierra elegida
donde soñaban con suerte.
El alcohol marcó destinos
entre personas decentes,
nadie buscaba adivinos
fueron signos permanentes.
Fueron caminos truncados,
con sus gritos indecentes,
eran pasos alocados
con miradas trascendentes.
Corre el alcohol por las venas
sobre su signo emboscado,
el alcohol no quita penas
y te deja equivocado.
Eran viñedos floridos
por caminos encantados,
fueron tiempos deprimidos
con humanos desquiciados.
G X Cantalapiedra.