NO CONOZCO A TANTA GENTE.
LA OTRA HISTORIA DE LA SECA.
Fueron años de tristezas
envueltas con soledades,
donde se vieron torpezas
con eternas falsedades.
Quedaron calles desiertas
de aquellas casas de adobes,
sin ver sus puertas abiertas,
eran los tiempos deudores.
Recuerdo ver sus maletas
que volaban por los aires,
en las fechas más inquietas
se notaban los desaires.
Los emigrantes forzosos
que se fueron en silencio,
sin ver sus tiempos dichosos
y alguno tuvo desprecio.
Se me olvidaron los nombres
lo mismo que los apodos,
se marcharon ciertos hombres
buscando nuevos rescoldos.
Fueron buscando salarios
por diferentes caminos,
sin querer sufrir calvarios
nunca fueron adivinos.
No conozco a tanta gente
de la que allí se marchaba,
en aquel penoso ambiente
hasta algún perro ladraba.
Camino de cualquier parte
la emigración se alejaba,
nadie soñaba con arte
más su familia lloraba.
G X Cantalapiedra.
LA OTRA HISTORIA DE LA SECA.
Fueron años de tristezas
envueltas con soledades,
donde se vieron torpezas
con eternas falsedades.
Quedaron calles desiertas
de aquellas casas de adobes,
sin ver sus puertas abiertas,
eran los tiempos deudores.
Recuerdo ver sus maletas
que volaban por los aires,
en las fechas más inquietas
se notaban los desaires.
Los emigrantes forzosos
que se fueron en silencio,
sin ver sus tiempos dichosos
y alguno tuvo desprecio.
Se me olvidaron los nombres
lo mismo que los apodos,
se marcharon ciertos hombres
buscando nuevos rescoldos.
Fueron buscando salarios
por diferentes caminos,
sin querer sufrir calvarios
nunca fueron adivinos.
No conozco a tanta gente
de la que allí se marchaba,
en aquel penoso ambiente
hasta algún perro ladraba.
Camino de cualquier parte
la emigración se alejaba,
nadie soñaba con arte
más su familia lloraba.
G X Cantalapiedra.