CUANDO SE LLEVA EL RÍO LA MEMORIA
Me comentaron un día, que la vida nos embarca en los más serios recuerdos, y que a veces vamos viendo llantos que solo dan vientos, con sus duras encrucijadas en las horas de destiempo. Miró al río entre penumbras, sus ondas tienen recuerdos de promesas que volaron buscando sueños eternos. Son momentos de juventud alegre, de soñar con otras clases de vida, que pudieran llegar entre soñados inventos, la vida nos va arrastrando por caminos diferentes a donde fuimos pensando, La memoria tiene miedo a veces a recordar el pasado, a escuchar voces de intimidad que se alejaron para siempre, sin poder entender nuestra forma de vivir. Es la memoria esa batería que se puede quedar sin fuerza para hacernos recordar, no es muy agradable el sentir esas historias que no nos ayudan a gozar del pasado. Son recuerdos que quisieras que se los llevara el río, y sus pinos se quedaran mudos. Para no explicar nunca esos recuerdos del alma, que son como testigos de lo que pudo haber sido y nunca llego a ser, La memoria no nos falla, pero a veces es justiciera, al sacarnos sus trapos sucios, sus palabras que se las llevó el río, y muchas frases se quedaron en el olvido, casi es mejor olvidar y pasar de esas páginas que solo nos causan problemas de conciencia, no por ser un abandonado, ni por seguir caminos que pudieran ser equivocados, el ser humano tenemos esas virtudes y esos recuerdos, que pudieran ser defectos para bien o para seguir penando nuestras equivocaciones, No hay marcha atrás, ni tampoco intentar borrar el pasado, es un camino sin retorno, donde solo podemos pedir a nuestra memoria que nos acompañe recordando buenos momentos, y no seamos esclavos de un pasado que nunca puede volver. El río viene llorando, entre pinares hermosos, su sonido va dejando muchos tiempos vanidosos. Dejar que corran sus aguas por entre pinos dichosos, nadie puede poner trabas a los lugares hermosos. Río que marchas cantando por tu Ribera armoniosa, el viento llegó clamando en la noche silenciosa. G X Cantalapiedra.
Me comentaron un día, que la vida nos embarca en los más serios recuerdos, y que a veces vamos viendo llantos que solo dan vientos, con sus duras encrucijadas en las horas de destiempo. Miró al río entre penumbras, sus ondas tienen recuerdos de promesas que volaron buscando sueños eternos. Son momentos de juventud alegre, de soñar con otras clases de vida, que pudieran llegar entre soñados inventos, la vida nos va arrastrando por caminos diferentes a donde fuimos pensando, La memoria tiene miedo a veces a recordar el pasado, a escuchar voces de intimidad que se alejaron para siempre, sin poder entender nuestra forma de vivir. Es la memoria esa batería que se puede quedar sin fuerza para hacernos recordar, no es muy agradable el sentir esas historias que no nos ayudan a gozar del pasado. Son recuerdos que quisieras que se los llevara el río, y sus pinos se quedaran mudos. Para no explicar nunca esos recuerdos del alma, que son como testigos de lo que pudo haber sido y nunca llego a ser, La memoria no nos falla, pero a veces es justiciera, al sacarnos sus trapos sucios, sus palabras que se las llevó el río, y muchas frases se quedaron en el olvido, casi es mejor olvidar y pasar de esas páginas que solo nos causan problemas de conciencia, no por ser un abandonado, ni por seguir caminos que pudieran ser equivocados, el ser humano tenemos esas virtudes y esos recuerdos, que pudieran ser defectos para bien o para seguir penando nuestras equivocaciones, No hay marcha atrás, ni tampoco intentar borrar el pasado, es un camino sin retorno, donde solo podemos pedir a nuestra memoria que nos acompañe recordando buenos momentos, y no seamos esclavos de un pasado que nunca puede volver. El río viene llorando, entre pinares hermosos, su sonido va dejando muchos tiempos vanidosos. Dejar que corran sus aguas por entre pinos dichosos, nadie puede poner trabas a los lugares hermosos. Río que marchas cantando por tu Ribera armoniosa, el viento llegó clamando en la noche silenciosa. G X Cantalapiedra.