HACE AHORA SETENTA Y CINCO AÑOS
En aquel Valle de Castilla La Vieja, que es la Cuna del Vino Verdejo, las personas que se dedicaban a podar las viñas eran obreros con sus burros, donde en ellos se trasportaban a sus hogares o los de los patronos aquellos sarmientos, Las mañanas eran frías y escarchadas, incluso con niebla estaba el ambiente congelado, al salir de la escuela pública, cinco y pico de la tarde, veíamos a dichos burros cargados en sus albardas los manojos de sarmientos. Y aquellos podadores con sus pellizas y su traje de pana negra a veces remendado, que su cutis estaba oscuro y con arrugas. Tuve un maestro que nos decía de vez en cuando. En clase “Castilla cría hombres, pero los gasta”. Es cierto, aquellos hombres muchos de ellos pasaron dos guerras, una La Revolución de Asturias, que duro 33, días, y la guerra incivil que tanto marcó aquellas tierras de emigración forzosa, donde muchas personas soñaron con cambiar de ambiente y vida, detrás de cada uno se quedaba una historia de lamentos y no poderse expresar, Recuerdo que mi niñez fui testigo de esos tiempos donde no existían los tractores, aunque ya se preveía que sería una forma de aumentar dicha emigración al faltar el trabajo, Muchas viñas con más de dos siglos incluso con tres siglos, me dijeron algunos ancianos de entonces. que tenían sus lugares en Las Planas, Valdiruelo. Cantarranas. El Colagón. La Paz. el Infierno, El Camino Real, Carretera Blanca, y otros pagos incluso como el Camino de San Martín. Fueron arrancadas para sembrar cereales, que pronto fueron fracaso, ya que eran lugares de piedras o cantos, y por debajo del suelo chinarro llamado cagada de chivo, que con los años han vuelto a ser viñedos, llamados allí majuelos, que parece ser que es para lo que valen esos rasos de Castilla junto al Río Duero. G X Cantalapiedra.
En aquel Valle de Castilla La Vieja, que es la Cuna del Vino Verdejo, las personas que se dedicaban a podar las viñas eran obreros con sus burros, donde en ellos se trasportaban a sus hogares o los de los patronos aquellos sarmientos, Las mañanas eran frías y escarchadas, incluso con niebla estaba el ambiente congelado, al salir de la escuela pública, cinco y pico de la tarde, veíamos a dichos burros cargados en sus albardas los manojos de sarmientos. Y aquellos podadores con sus pellizas y su traje de pana negra a veces remendado, que su cutis estaba oscuro y con arrugas. Tuve un maestro que nos decía de vez en cuando. En clase “Castilla cría hombres, pero los gasta”. Es cierto, aquellos hombres muchos de ellos pasaron dos guerras, una La Revolución de Asturias, que duro 33, días, y la guerra incivil que tanto marcó aquellas tierras de emigración forzosa, donde muchas personas soñaron con cambiar de ambiente y vida, detrás de cada uno se quedaba una historia de lamentos y no poderse expresar, Recuerdo que mi niñez fui testigo de esos tiempos donde no existían los tractores, aunque ya se preveía que sería una forma de aumentar dicha emigración al faltar el trabajo, Muchas viñas con más de dos siglos incluso con tres siglos, me dijeron algunos ancianos de entonces. que tenían sus lugares en Las Planas, Valdiruelo. Cantarranas. El Colagón. La Paz. el Infierno, El Camino Real, Carretera Blanca, y otros pagos incluso como el Camino de San Martín. Fueron arrancadas para sembrar cereales, que pronto fueron fracaso, ya que eran lugares de piedras o cantos, y por debajo del suelo chinarro llamado cagada de chivo, que con los años han vuelto a ser viñedos, llamados allí majuelos, que parece ser que es para lo que valen esos rasos de Castilla junto al Río Duero. G X Cantalapiedra.