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LA SECA: AQUEL JOVEN QUE UN DÍA SE MARCHÓ ...

AQUEL JOVEN QUE UN DÍA SE MARCHÓ
Aquel joven que se marchó
dejando atrás a su Villa,
en su corazón brotó
andar con gente sencilla.

Caminó buscando sueños
sin sufrir horas malditas,
fueron los vientos risueños
entre pasiones chiquitas.

Aquel joven fue soñando
con ver despacio su ermita,
el tiempo se fue pasando
y el corazón le palpita.

Como sombras que acompañan
ciertas horas tenebrosas,
en su razón no se empañan
buscar las preciosas rosas.

La ermita sin ermitaño
es un Faro de Castilla,
dicen los tiempos de antaño
que siempre fue maravilla.

Atrás quedan los recuerdos
entre palabras bonitas,
en sus momentos más cuerdos
las ilusiones le gritan,

El tiempo se fue pasando
los corazones sintiendo
quizá vamos recordando
lo duro que es ir sufriendo.

No hay razones del olvido
para así seguir pensando,
en aquel tiempo perdido
mucha gente fue emigrando.
G X Cantalapiedra.