AQUEL PASTOR NO SOLO ADIVINA EL TIEMPO
Era el año de 1960, en el mes de abril, un pastor estaba con sus ovejas sobre un erial que llevaba varios años sin sembrar, habiendo sido antes una viña muy frondosa y productiva, en esa tarde del mes de abril las ovejas pastaban, y el pastor inicio una conversación con un joven de unos quince años, que estaba limpiando de grama la viña de al lado. En su conversación hablaron del tiempo, de las sufridas heladas de aquellos días de finales de abril, cuando los brotes podían helarse y anular las cosechas de uva, que siempre eran esos días de miedo entre los viticultores, El pastor le habló al joven de poesía, y este le contesto con versos de Jorge Manrique, de Gabriel y Galán, de Espronceda y Quevedo. El pastor le miró al joven de arriba abajo, y le comentó, tu no eres nacido para morirte sacando grama ni mielgas de estas fincas, Tienes que salir de aquí corriendo, y formarte donde sea preciso para que dejes huellas de estas tierras de Castilla. El joven comentó a su madre lo que le había dicho el pastor aquel que adivinaba el tiempo futuro sobre aquellas tierras, La madre le dijo, “Esa historia ya me la comentó una señora que era medio bruja cuando tu naciste,” El joven tuvo que emigrar como casi todos los hombres jóvenes de aquellos años, más sobre su mente de vez en cuando aparecía el pastor, le escuchaba a fondo su repertorio, su fuerte voz de hombre curtido en aquellos campos resecos y polvorientos. Que le comentaba cuál sería su buena dedicación, Más nunca se fue de su memoria aquella charla en los Campos de Castilla, su sentencia era cómo una dedicación a saber por dónde tenía que ir tirando su vida. La señora que asistía a los partos y que fue al nacer quien lo comentó, falleció cuando este joven tenía ocho años, más el joven entonces niño un día se encontró con ella en plena calle, y esa mujer le dijo, serás un poeta sin límites, ya se lo dije a tu madre cuando tu nacías, el niño de entonces se le gravó en su mente dichas palabras, y el día que fue enterrada, el niño lloró, aquella señora siempre le hablaba y sentía por el algo poco normal, era como si esperase de aquel niño bonitas palabras y hechos reales. Hay frases y palabras Que se llevan en la mente y el corazón, nunca se saben por qué razón, más son la guía del futuro y muchas horas de ilusión.
G X Cantalapiedra.
Era el año de 1960, en el mes de abril, un pastor estaba con sus ovejas sobre un erial que llevaba varios años sin sembrar, habiendo sido antes una viña muy frondosa y productiva, en esa tarde del mes de abril las ovejas pastaban, y el pastor inicio una conversación con un joven de unos quince años, que estaba limpiando de grama la viña de al lado. En su conversación hablaron del tiempo, de las sufridas heladas de aquellos días de finales de abril, cuando los brotes podían helarse y anular las cosechas de uva, que siempre eran esos días de miedo entre los viticultores, El pastor le habló al joven de poesía, y este le contesto con versos de Jorge Manrique, de Gabriel y Galán, de Espronceda y Quevedo. El pastor le miró al joven de arriba abajo, y le comentó, tu no eres nacido para morirte sacando grama ni mielgas de estas fincas, Tienes que salir de aquí corriendo, y formarte donde sea preciso para que dejes huellas de estas tierras de Castilla. El joven comentó a su madre lo que le había dicho el pastor aquel que adivinaba el tiempo futuro sobre aquellas tierras, La madre le dijo, “Esa historia ya me la comentó una señora que era medio bruja cuando tu naciste,” El joven tuvo que emigrar como casi todos los hombres jóvenes de aquellos años, más sobre su mente de vez en cuando aparecía el pastor, le escuchaba a fondo su repertorio, su fuerte voz de hombre curtido en aquellos campos resecos y polvorientos. Que le comentaba cuál sería su buena dedicación, Más nunca se fue de su memoria aquella charla en los Campos de Castilla, su sentencia era cómo una dedicación a saber por dónde tenía que ir tirando su vida. La señora que asistía a los partos y que fue al nacer quien lo comentó, falleció cuando este joven tenía ocho años, más el joven entonces niño un día se encontró con ella en plena calle, y esa mujer le dijo, serás un poeta sin límites, ya se lo dije a tu madre cuando tu nacías, el niño de entonces se le gravó en su mente dichas palabras, y el día que fue enterrada, el niño lloró, aquella señora siempre le hablaba y sentía por el algo poco normal, era como si esperase de aquel niño bonitas palabras y hechos reales. Hay frases y palabras Que se llevan en la mente y el corazón, nunca se saben por qué razón, más son la guía del futuro y muchas horas de ilusión.
G X Cantalapiedra.