AQUEL JOVEN QUE LLEVABA SU CONEJO A LOS BARES.
Era el año de 1960, y aquel joven agricultor con crianza de conejos, todos los domingo cuando se hacia la visita a todos los bares de aquel Valle castellano, cargaba con su conejo a cuestas, quizá pesase unos cinco kilogramos, No recuerdo el nombre del conocido conejo, este joven le daba de beber como en un platillo que llevaba en su bolso, primero mosto, que el conejo se relamía a fondo, y luego más tarde le daba de beber anisado, llamado allí borricos. El conejo terminaba cayéndose sobre las mesas donde su joven dueño le tenía acostumbrado a estarse quieto, y cuando los amigos y el joven se veían ya cansados de tantos malabarismos, El conejo se echaba sobre su hombro y se iba a su conejera, o domicilio del joven, era un espectáculo, los clientes de los bares estaban encantados de ver a dicho animal sin asustarse de nada, y hubo algún amigo del dueño del conejo que le llevaba alfalfa para que pudiera comer verde, La afición a la caza de entonces era muy grande, aunque normalmente se cazaba las liebres, y era caza de galgos, por eso el conejo al ser de distinto color y encima estar educado para salir de marcha casi todos los domingos por la tarde, al publico de ese Valle Cuna del Verdejo les llamaba la atención, Fueron años donde la televisión empezaba, donde cualquier malabarismo nos llamaba la atención, Aquel joven labrador no descansa en ese Valle para la eternidad, creo que esta en un pueblo de Ávila donde falleció, en una Residencia de ancianos antes de que fuera inaugurada la de la Cuna del Verdejo. sin poder cumplir su última voluntad de ser enterrado en la tumba de sus familiares, D: E: P.
G X Cantalapiedra.
Era el año de 1960, y aquel joven agricultor con crianza de conejos, todos los domingo cuando se hacia la visita a todos los bares de aquel Valle castellano, cargaba con su conejo a cuestas, quizá pesase unos cinco kilogramos, No recuerdo el nombre del conocido conejo, este joven le daba de beber como en un platillo que llevaba en su bolso, primero mosto, que el conejo se relamía a fondo, y luego más tarde le daba de beber anisado, llamado allí borricos. El conejo terminaba cayéndose sobre las mesas donde su joven dueño le tenía acostumbrado a estarse quieto, y cuando los amigos y el joven se veían ya cansados de tantos malabarismos, El conejo se echaba sobre su hombro y se iba a su conejera, o domicilio del joven, era un espectáculo, los clientes de los bares estaban encantados de ver a dicho animal sin asustarse de nada, y hubo algún amigo del dueño del conejo que le llevaba alfalfa para que pudiera comer verde, La afición a la caza de entonces era muy grande, aunque normalmente se cazaba las liebres, y era caza de galgos, por eso el conejo al ser de distinto color y encima estar educado para salir de marcha casi todos los domingos por la tarde, al publico de ese Valle Cuna del Verdejo les llamaba la atención, Fueron años donde la televisión empezaba, donde cualquier malabarismo nos llamaba la atención, Aquel joven labrador no descansa en ese Valle para la eternidad, creo que esta en un pueblo de Ávila donde falleció, en una Residencia de ancianos antes de que fuera inaugurada la de la Cuna del Verdejo. sin poder cumplir su última voluntad de ser enterrado en la tumba de sus familiares, D: E: P.
G X Cantalapiedra.
Recordar, historias de vidas, es hacer historia.