DESDE EL ALTO DE LA GRANJA
Aquel hombre nacido en ese Valle volvía de nuevo a su tierra de niñez e infancia, Y desde el Alto de La Granja, aquella mañana nada más amanecer estuvo por aquel lugar dando vueltas, recordando sus paseos y carreras por laderas y caminos, quiso retroceder en el tiempo, recordar a sus amigos que no había logrado ver, Su mirada a las eras del Cotarrillo, sin perder de vista aquella Torre que fue tan hermosa, y que solo quedó su parte central y nada más desde lo que era su corredor, Su mirada hacia el Árbol Alto, toda aquella Vega de La Perdiz, que suponía ser la salida de lo que fue un arroyo por el medio de la Villa. Entonces seco y lo mismo la Fuente de Valtarre, Aquel Valle donde estuvo El Monte Iniesto, y El Monte Pedroso, talados para reconstruir Medina del Campo, de tres incendios del siglo XVI, y de donde viene el nombre de La Tala, que fue con el tiempo de Seca, La, y ahora La Seca. Este hombre lloró de emoción, había soñado con volver algún día a la tierra que le vio nacer, a caminar sin prisa por sus calles, de beber vino 61, que le tenía en su memoria, y de poder hablar de aquellos años donde todo era difícil, solamente la emigración forzosa, que sus padres se vieron obligados a tener que marchar, para buscarse una vida más digna y con más sueldo, este hombre forjado entre rías, fábricas de fundición y arboledas en todo su entorno, le parecía su lugar de nacimiento, exacto a lo que escribió Antonio Machado, “Castilla Seca y Polvorienta”, su imaginación volaba, recordaba los lavajos que tenía la Villa, El Lavajo Guardado y el Lavajo Barrero. La Poza de La Veguilla, Cantarranas, y La Poza de Los Lobos, Desde la altura reconocía a El Rancho, La Saleta, mientras miraba en la lejanía a la Bodega Cooperativa, que fundo Don Fermín Bedoya, el año de 1935. Y que al inicio de La guerra Incivil determino suicidarse, sin nadie explicar el motivo. Este hombre fue medico él y toda su familia. Recordaba cuando jugada de niño en La Plazuela de Los Comuneros, lugar donde nació el Misionero Salesiano, famoso en América Latina, Ricardo Lorenzo Cantalapiedra. Este hombre recorrió en su memoria todos aquellos lugares donde jugo con sus amigos de la niñez, y se marchó al día siguiente para Vascongadas, donde ya seguiría su vida normal, hasta que le llegará su ultimo día, y como dijo Machado, “Y cuando llegue el día del último viaje, y este al partir la nave que nunca a de tornar, me encontrareis a bordo ligero de equipaje casi desnudo como los hijos de la mar”. G X Cantalapiedra. 27 - 9 – 2025.
Aquel hombre nacido en ese Valle volvía de nuevo a su tierra de niñez e infancia, Y desde el Alto de La Granja, aquella mañana nada más amanecer estuvo por aquel lugar dando vueltas, recordando sus paseos y carreras por laderas y caminos, quiso retroceder en el tiempo, recordar a sus amigos que no había logrado ver, Su mirada a las eras del Cotarrillo, sin perder de vista aquella Torre que fue tan hermosa, y que solo quedó su parte central y nada más desde lo que era su corredor, Su mirada hacia el Árbol Alto, toda aquella Vega de La Perdiz, que suponía ser la salida de lo que fue un arroyo por el medio de la Villa. Entonces seco y lo mismo la Fuente de Valtarre, Aquel Valle donde estuvo El Monte Iniesto, y El Monte Pedroso, talados para reconstruir Medina del Campo, de tres incendios del siglo XVI, y de donde viene el nombre de La Tala, que fue con el tiempo de Seca, La, y ahora La Seca. Este hombre lloró de emoción, había soñado con volver algún día a la tierra que le vio nacer, a caminar sin prisa por sus calles, de beber vino 61, que le tenía en su memoria, y de poder hablar de aquellos años donde todo era difícil, solamente la emigración forzosa, que sus padres se vieron obligados a tener que marchar, para buscarse una vida más digna y con más sueldo, este hombre forjado entre rías, fábricas de fundición y arboledas en todo su entorno, le parecía su lugar de nacimiento, exacto a lo que escribió Antonio Machado, “Castilla Seca y Polvorienta”, su imaginación volaba, recordaba los lavajos que tenía la Villa, El Lavajo Guardado y el Lavajo Barrero. La Poza de La Veguilla, Cantarranas, y La Poza de Los Lobos, Desde la altura reconocía a El Rancho, La Saleta, mientras miraba en la lejanía a la Bodega Cooperativa, que fundo Don Fermín Bedoya, el año de 1935. Y que al inicio de La guerra Incivil determino suicidarse, sin nadie explicar el motivo. Este hombre fue medico él y toda su familia. Recordaba cuando jugada de niño en La Plazuela de Los Comuneros, lugar donde nació el Misionero Salesiano, famoso en América Latina, Ricardo Lorenzo Cantalapiedra. Este hombre recorrió en su memoria todos aquellos lugares donde jugo con sus amigos de la niñez, y se marchó al día siguiente para Vascongadas, donde ya seguiría su vida normal, hasta que le llegará su ultimo día, y como dijo Machado, “Y cuando llegue el día del último viaje, y este al partir la nave que nunca a de tornar, me encontrareis a bordo ligero de equipaje casi desnudo como los hijos de la mar”. G X Cantalapiedra. 27 - 9 – 2025.