SE FUE EL CABRERO, “LORETO”.
Una noche de esas que nadie sabe cómo pudieron llegar, a este Valle de La Castilla Sedienta, “Loreto”, el cabrero que todos los días del año recogía las cabras de todo el Valle, para con ellas salir a pastar entre el Camino Hondo y Cuesta de Medina, ese día algo le debió de pasar por su cabeza, Para no recoger las cabras, y salir camino de no sé dónde a vivir su nueva vida, Este hombre alto y un poco andando con cojera, tenía su oficio muy bien aprendido, era el dueño de un chivo, que parecía ser como un toro, los niños le citábamos y el sin pensarlo demasiado seguía a cualquier trapo, o abrigo, Este hombre tenía una pequeña trompeta que hacía sonar por las mañanas, para que acudieran todas las cabras, por las calles que el recorría, un perro que le obedecía como un fiel amante, y su vida entre esos puntos era diariamente lo mismo, yo pude hablar con él alguna vez, ya que cuando se marchó de La Seca, sería más o menos el año de 1960. Nadie sabía donde este hombre se marchó, Más hubo gente que estuvo teniendo a su cabra bastante tiempo, aunque eran animales que hacían daño en su entorno, alguna cabra vi después en los rebaños de ovejas, pero se fueron desapareciendo, Con “Loreto”, se marchó ese mundo diario de tener leche sin demasiados problemas. Alguien comentó, que habrá sido de “Loreto”, Mas nadie aclaraba nada, hubo quien dijo que se fue de pastor a Tierra de Campos, más nadie afirmaba nada en serio, eso sí fueron varios los pastores que emigraron a otros lugares, no hubiera sido extraño que este hombre que conocía su oficio hubiera hecho los mismo. Las cabras se quedaron sin cabrero, debiera ser que cobraba poco dinero, y el pago o zona de pastar era siempre el mismo, la zona de La Frontera y la Chiquini. Nunca más conocí su historia. Y eso que hace muchos años. G X Cantalapiedra. 19 – 9 – 2025.
Una noche de esas que nadie sabe cómo pudieron llegar, a este Valle de La Castilla Sedienta, “Loreto”, el cabrero que todos los días del año recogía las cabras de todo el Valle, para con ellas salir a pastar entre el Camino Hondo y Cuesta de Medina, ese día algo le debió de pasar por su cabeza, Para no recoger las cabras, y salir camino de no sé dónde a vivir su nueva vida, Este hombre alto y un poco andando con cojera, tenía su oficio muy bien aprendido, era el dueño de un chivo, que parecía ser como un toro, los niños le citábamos y el sin pensarlo demasiado seguía a cualquier trapo, o abrigo, Este hombre tenía una pequeña trompeta que hacía sonar por las mañanas, para que acudieran todas las cabras, por las calles que el recorría, un perro que le obedecía como un fiel amante, y su vida entre esos puntos era diariamente lo mismo, yo pude hablar con él alguna vez, ya que cuando se marchó de La Seca, sería más o menos el año de 1960. Nadie sabía donde este hombre se marchó, Más hubo gente que estuvo teniendo a su cabra bastante tiempo, aunque eran animales que hacían daño en su entorno, alguna cabra vi después en los rebaños de ovejas, pero se fueron desapareciendo, Con “Loreto”, se marchó ese mundo diario de tener leche sin demasiados problemas. Alguien comentó, que habrá sido de “Loreto”, Mas nadie aclaraba nada, hubo quien dijo que se fue de pastor a Tierra de Campos, más nadie afirmaba nada en serio, eso sí fueron varios los pastores que emigraron a otros lugares, no hubiera sido extraño que este hombre que conocía su oficio hubiera hecho los mismo. Las cabras se quedaron sin cabrero, debiera ser que cobraba poco dinero, y el pago o zona de pastar era siempre el mismo, la zona de La Frontera y la Chiquini. Nunca más conocí su historia. Y eso que hace muchos años. G X Cantalapiedra. 19 – 9 – 2025.