MAS DE SESENTA Y UN AÑOS. AQUELLA TARDE FRÍA DE FEBRERO. ANGELINES LORENZO.
El frío en La Castilla Sedienta, un día de desespero
era un tiempo que revienta los mitos más trafulleros.
Iban sonando campanas con los sonidos de muertos,
no valen palabras vanas en los minutos inciertos.
La tarde de aquel entierro la llevo dentro del alma,
es un misterio que encierro para lograr cierta calma.
El Cementerio esperando aquella seria balanza,
su juventud fue mermando sin abrazar la esperanza.
Mis lagrimas se notaban en aquella tarde triste,
una enfermedad mermaba, y su mente no resiste.
Los cipreses esperando aquella joven tan santa,
su llegada fue marcando un dolor que a mi me espanta.
Los ángeles no pudieron cambiar su rumbo de penas,
parece que se escondieron al ver brillar las condenas.
Ángeles que vais cantando en la tarde deprimida,
aquí nos tienes llorando esta triste despedida.
La Calle del Cristo llora al ver pasar el entierro,
alguna joven implora y alguna puerta se cierra.
La Seca guardo silencio al ver la muerte de cerca,
nadie habló de poner precio al ver la suerte tan terca.
Han pasado muchos años, de aquella tarde tan triste,
fuimos notando los daños viendo que la pena existe.
Angelines se marchaba sin conocer su destino,
y algún ángel la esperaba con sentimiento divino.
Ecos de voces clamando se quedaron de camino,
la historia la fue borrando al ser tan serio su signo.
G X Cantalapiedra. 3 – 9 - 2025.
El frío en La Castilla Sedienta, un día de desespero
era un tiempo que revienta los mitos más trafulleros.
Iban sonando campanas con los sonidos de muertos,
no valen palabras vanas en los minutos inciertos.
La tarde de aquel entierro la llevo dentro del alma,
es un misterio que encierro para lograr cierta calma.
El Cementerio esperando aquella seria balanza,
su juventud fue mermando sin abrazar la esperanza.
Mis lagrimas se notaban en aquella tarde triste,
una enfermedad mermaba, y su mente no resiste.
Los cipreses esperando aquella joven tan santa,
su llegada fue marcando un dolor que a mi me espanta.
Los ángeles no pudieron cambiar su rumbo de penas,
parece que se escondieron al ver brillar las condenas.
Ángeles que vais cantando en la tarde deprimida,
aquí nos tienes llorando esta triste despedida.
La Calle del Cristo llora al ver pasar el entierro,
alguna joven implora y alguna puerta se cierra.
La Seca guardo silencio al ver la muerte de cerca,
nadie habló de poner precio al ver la suerte tan terca.
Han pasado muchos años, de aquella tarde tan triste,
fuimos notando los daños viendo que la pena existe.
Angelines se marchaba sin conocer su destino,
y algún ángel la esperaba con sentimiento divino.
Ecos de voces clamando se quedaron de camino,
la historia la fue borrando al ser tan serio su signo.
G X Cantalapiedra. 3 – 9 - 2025.
Muy emotivo. Gracias!