CUENTO O SUEÑO POSIBLE
El año de 2040, un tren salido de un hospital, circulaba camino de la Estación de las Nubes, El tren llevaba vigilantes como perros esbirros, con metralletas y demás armas de fuego, El tren con vagones chapuceros, fue llenado de enfermos y no tan enfermos, que en sus vagones no podían comunicarse con nadie, la velocidad del tren era tremenda, los cristales eran tintados, no se veía la claridad de fuera, y en los vagones solo unas luces tímidas que daban miedo, los vigilantes todos ellos mayores, gentes que se vendieron por un puñado de comida, Más al llevar más de una hora circulando a gran velocidad, se dieron cuenta de tal engaño, alguno intento tirar de los mandos de frenos, más no atendían a su fuerza, y el tren si apenas luz, seguía su camino a la Estación de las Nubes, Los enfermos y sus compañías de personas mayores, se daban cuenta que aquello seria parecido a los campos de exterminio de Hitler. todos o casi todos se les cruzaron aquellos barracones de la muerte, Intentaron abrir los vagones, los esbirros estaban con ellos en tan grabe situación, se daban cuenta de que aquel viaje terminaría muy mal. Como así fue, pasadas dos horas como si el tren circulara a más de doscientos kilómetros por hora, el tren parecía entrar en una vía en mal uso, sin tardar mucho tiempo todos los vagones entraban como en un túnel, sin luz alguna, ya que todos vagones quedaron a oscuras, y los guardianes esbirros intentaban con disparos abrir las puertas, era imposible no veían nada, y de pronto parece ser que por el techo de esos vagones entraba un gas venenoso, que aniquilaría todo ser viviente, enfermos y acompañantes mayores elegidos a dedo por su edad, para terminar en impedir su fuga, los esbirros eran guardianes que estaban perdiendo la fe en las promesas mentirosas de su jefes, y para que no salieran con sus mentes cambiadas eran enviados a dicho campo de exterminio, al fin eran fachas pobres endiablados en ser algo en su vida que nunca les tuvieron en cuenta, En esa Estación todo eran robot, los vagones eran desinfectados y vaciados por esos cuerpos metálicos, dirigidos desde la lejanía, El tren una vez vaciado de muertos que fueron hechos ceniza, regreso por la misma vía a buscar nuevos y futuros olvidados, en esos hospitales donde intentaban ser liberados de sus enfermedades, El destino a veces hace justicia, y termina con quien ayudo a terminar con seres humanos. G X Cantalapiedra.
El año de 2040, un tren salido de un hospital, circulaba camino de la Estación de las Nubes, El tren llevaba vigilantes como perros esbirros, con metralletas y demás armas de fuego, El tren con vagones chapuceros, fue llenado de enfermos y no tan enfermos, que en sus vagones no podían comunicarse con nadie, la velocidad del tren era tremenda, los cristales eran tintados, no se veía la claridad de fuera, y en los vagones solo unas luces tímidas que daban miedo, los vigilantes todos ellos mayores, gentes que se vendieron por un puñado de comida, Más al llevar más de una hora circulando a gran velocidad, se dieron cuenta de tal engaño, alguno intento tirar de los mandos de frenos, más no atendían a su fuerza, y el tren si apenas luz, seguía su camino a la Estación de las Nubes, Los enfermos y sus compañías de personas mayores, se daban cuenta que aquello seria parecido a los campos de exterminio de Hitler. todos o casi todos se les cruzaron aquellos barracones de la muerte, Intentaron abrir los vagones, los esbirros estaban con ellos en tan grabe situación, se daban cuenta de que aquel viaje terminaría muy mal. Como así fue, pasadas dos horas como si el tren circulara a más de doscientos kilómetros por hora, el tren parecía entrar en una vía en mal uso, sin tardar mucho tiempo todos los vagones entraban como en un túnel, sin luz alguna, ya que todos vagones quedaron a oscuras, y los guardianes esbirros intentaban con disparos abrir las puertas, era imposible no veían nada, y de pronto parece ser que por el techo de esos vagones entraba un gas venenoso, que aniquilaría todo ser viviente, enfermos y acompañantes mayores elegidos a dedo por su edad, para terminar en impedir su fuga, los esbirros eran guardianes que estaban perdiendo la fe en las promesas mentirosas de su jefes, y para que no salieran con sus mentes cambiadas eran enviados a dicho campo de exterminio, al fin eran fachas pobres endiablados en ser algo en su vida que nunca les tuvieron en cuenta, En esa Estación todo eran robot, los vagones eran desinfectados y vaciados por esos cuerpos metálicos, dirigidos desde la lejanía, El tren una vez vaciado de muertos que fueron hechos ceniza, regreso por la misma vía a buscar nuevos y futuros olvidados, en esos hospitales donde intentaban ser liberados de sus enfermedades, El destino a veces hace justicia, y termina con quien ayudo a terminar con seres humanos. G X Cantalapiedra.