SURGEN RASTROJOS ENTRE VIÑEDOS
En esa Castilla Sedienta y Polvorienta, donde surgen viñedos de Verdejo, hay momentos que todo se te aumenta incluso se ve cierto reflejo.
La Castilla que sueña con grandeza donde hay trigales que florecen con dulzura, nunca piensas que pudo ser torpeza el plantar los viñedos no es locura.
Los rastrojos de agosto rompen sueños con sus pajas a veces retorcidas, nadie quiere borrar tiempos risueños ni escuchar a los grillos con voces encendidas.
La Castilla de tiempos imperiales entre brotes de viñas elegidas, hoy parecen ser tiempos naturales que te marcan sus sendas permitidas.
Hay rastrojos que dan cobijo a hormigas que rebuscan los granos de cereales, son los meses que no están escondidas bajo el suelo de formas naturales.
Caminando por cañadas y senderos entre viñas que acaban en pinares, es posible notar aventureros que no saben lograr buenos hogares.
Los rastrojos no quieren ser barbechos, ni tampoco querer ser los eriales, hay momentos de tiempo con sus hechos que quisieran borrar calamidades.
La Castilla Sedienta y Polvorienta, que Machado nos dijo entre verdades, su tristeza es cierta que se aumenta escuchando la buenas realidades.
Por caminos que marcan soledades, los humanos reviven sus pesares, hoy pretende llenar de falsedades los lugares que dejan muchos lares.
Esperando la lluvia del otoño los rastrojos esperan ser labrados, puede ser que suelten su retoño en los campos que viven olvidados.
G X Cantalapiedra. 24 – 8 – 2025.
En esa Castilla Sedienta y Polvorienta, donde surgen viñedos de Verdejo, hay momentos que todo se te aumenta incluso se ve cierto reflejo.
La Castilla que sueña con grandeza donde hay trigales que florecen con dulzura, nunca piensas que pudo ser torpeza el plantar los viñedos no es locura.
Los rastrojos de agosto rompen sueños con sus pajas a veces retorcidas, nadie quiere borrar tiempos risueños ni escuchar a los grillos con voces encendidas.
La Castilla de tiempos imperiales entre brotes de viñas elegidas, hoy parecen ser tiempos naturales que te marcan sus sendas permitidas.
Hay rastrojos que dan cobijo a hormigas que rebuscan los granos de cereales, son los meses que no están escondidas bajo el suelo de formas naturales.
Caminando por cañadas y senderos entre viñas que acaban en pinares, es posible notar aventureros que no saben lograr buenos hogares.
Los rastrojos no quieren ser barbechos, ni tampoco querer ser los eriales, hay momentos de tiempo con sus hechos que quisieran borrar calamidades.
La Castilla Sedienta y Polvorienta, que Machado nos dijo entre verdades, su tristeza es cierta que se aumenta escuchando la buenas realidades.
Por caminos que marcan soledades, los humanos reviven sus pesares, hoy pretende llenar de falsedades los lugares que dejan muchos lares.
Esperando la lluvia del otoño los rastrojos esperan ser labrados, puede ser que suelten su retoño en los campos que viven olvidados.
G X Cantalapiedra. 24 – 8 – 2025.