EL TIEMPO ES UN TIRANO
No se ha parado el tiempo, el verano va declinando su calor exagerado, los relojes no tienen olvido, vamos caminando paso a paso hacia el otoño, ese otoño de la vida donde los médicos te van sacando achaques, que son seguramente el final del recorrido, no puedes parar tu tiempo, claro que me agradaría ver que el tiempo no contara tu paso por esta vida, que fueran pasando los días sin recordarte las citas médicas, con los quirófanos preparados para echarte un remiendo, que nunca sabes hasta donde puede llegar esa solución, nadie te puede asegurar nada, vinimos desnudos y desnudos nos iremos sin reclamar nada, de niño cuando iba a la escuela nos llevaban el miércoles de ceniza a la iglesia de mi Villa La Seca, y allí el párroco nos echaba ceniza en la frente, y sus palabras eran ahora que lo pienso duras, para esa edad donde solo quieres ver y oír sueños de fantasía, “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Una de las verdades más grandes que escuché en mi juvenil infancia, y eso que yo fui monaguillo, Muchas veces lo he pensado, y otras lo he meditado, seguro que seremos ceniza, no te queda más remedio, tarde o temprano no podemos escapar de tan verdadero pronostico, Es duro pensar cuando te pronostican causas para pensar en tu despedida, Cuando miras el reloj y tienes prisa por todo, cuando sientes que se te escapa la vida sin poderlo frenar, sin que el tiempo sea aliado normal. Todo se ve de otra manera, miras los días que van pasando y te sientes feliz de ir cumpliendo días y meses, sin que esa prorroga te la anulen, Nadie quiere saber cómo y cuándo se marchara, un amigo mío le comentó al médico suyo, que cuanto tiempo le quedaba de vida, yo le acompañaba en la consulta, y el medico me preguntó si yo era familia de este hombre, le dije que sí, y el médico muy tranquilo le dijo, “Medio año más o menos”, creo que faltaron unos días para el medio año, falleció en el Gregorio Marañón, sabiendo su problema a fondo, no le asustaba la muerte, lo vi en sus ojos cuando le dijeron el resultado. El me comentó un día. “Venimos sin contar con nosotros, y nos iremos de la misma manera”. Sabias palabras. G X Cantalapiedra. 23 – 8 – 2025.
No se ha parado el tiempo, el verano va declinando su calor exagerado, los relojes no tienen olvido, vamos caminando paso a paso hacia el otoño, ese otoño de la vida donde los médicos te van sacando achaques, que son seguramente el final del recorrido, no puedes parar tu tiempo, claro que me agradaría ver que el tiempo no contara tu paso por esta vida, que fueran pasando los días sin recordarte las citas médicas, con los quirófanos preparados para echarte un remiendo, que nunca sabes hasta donde puede llegar esa solución, nadie te puede asegurar nada, vinimos desnudos y desnudos nos iremos sin reclamar nada, de niño cuando iba a la escuela nos llevaban el miércoles de ceniza a la iglesia de mi Villa La Seca, y allí el párroco nos echaba ceniza en la frente, y sus palabras eran ahora que lo pienso duras, para esa edad donde solo quieres ver y oír sueños de fantasía, “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Una de las verdades más grandes que escuché en mi juvenil infancia, y eso que yo fui monaguillo, Muchas veces lo he pensado, y otras lo he meditado, seguro que seremos ceniza, no te queda más remedio, tarde o temprano no podemos escapar de tan verdadero pronostico, Es duro pensar cuando te pronostican causas para pensar en tu despedida, Cuando miras el reloj y tienes prisa por todo, cuando sientes que se te escapa la vida sin poderlo frenar, sin que el tiempo sea aliado normal. Todo se ve de otra manera, miras los días que van pasando y te sientes feliz de ir cumpliendo días y meses, sin que esa prorroga te la anulen, Nadie quiere saber cómo y cuándo se marchara, un amigo mío le comentó al médico suyo, que cuanto tiempo le quedaba de vida, yo le acompañaba en la consulta, y el medico me preguntó si yo era familia de este hombre, le dije que sí, y el médico muy tranquilo le dijo, “Medio año más o menos”, creo que faltaron unos días para el medio año, falleció en el Gregorio Marañón, sabiendo su problema a fondo, no le asustaba la muerte, lo vi en sus ojos cuando le dijeron el resultado. El me comentó un día. “Venimos sin contar con nosotros, y nos iremos de la misma manera”. Sabias palabras. G X Cantalapiedra. 23 – 8 – 2025.