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LA SECA: RECORDANDO CIERTA HISTORIA...

RECORDANDO CIERTA HISTORIA
Hoy hace 89, años que Mariano Pedrosa, segador en Tierra Blanda, no recuerdo si era Lomoviejo o Fuentelsol, cuando este hombre con otros compañeros de siega estaban cenando y fueron a buscarle en donde tenían su domicilio de verano, El hombre sin temor a nada ya que era un buen profesional de la agricultura, y buena persona, con tres hijos pequeños y su esposa, le llevaron los falangistas de Medina del Campo y comarca, para tomarle declaración, creo que se negó ya que sus ideas eran las de la democracia y el respeto a los seres humanos, En Medina fue torturado y llevado en un camión hasta los pozos de la Carretera de Rodilana, donde fue ejecutado y decapitado, y según un falangista de los que fueron testigos, le echaron al pozo, que ya tenía varios fusilados dentro. Esta historia me la contó ese testigo hace ahora 63, años, que me dijo, el asesino que le arranco la cabeza con una hoz, pasado algún tiempo en el frente de batalla de la guerra incivil, una bomba venida del cielo le dejó sin un brazo y tuerto, para toda su vida, este hombre Mariano Pedrosa en su pueblo le dieron por desaparecido, Más en La Seca se sabía que su final fue trágico, y su fama de persona humana y respetando a todo el mundo quedó reflejada en sus hijos, emigrantes forzosos, para poder olvidar esos hechos que hoy se me vinieron a mi memoria, y que quizá muchas personas ni los conocían, La Madre Naturaleza no se olvida de nada, y quien la hace la paga, sin que la justicia del hombre sea capaz de poner a cada uno en el sitio que se merece, La Madre Naturaleza no admite recomendaciones, ni cuñas en su entorno, solo que la conciencia machacando minuto a minuto a esas personas que se sienten un poco liberadas al contarte esas atrocidades que no les dejan vivir en PAZ. Diciendo no me agrado ver esas barbaridades que cometían algunos seres que no se les puede llamar humanos.
G X Cantalapiedra. 15 – 8 – 2025.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Qué bueno recordar las barbaridades sufridas, tenerlas presente, para las generaciones siguientes, para que no vuelvan a suceder.