DESPUES DE OCHENTA Y SEIS AÑOS
Vamos haciendo memoria de enfermedades de guerra, donde la tuberculosis hablan de que fue la estrella, Un padre que se moría de esa enfermedad maldita, y que toda su familia a veces hasta se agita, Nadie conoce motivos para sentirse seguro, no solo se heredan fincas, si no el futuro inseguro, Médicos que te preguntan por ciertas enfermedades, que sufrieron los soldados sufriendo ciertas maldades, Maldigo todas las guerras con sus tremendas enfermedades, que heredaron los hijos siendo causas naturales, Han pasado muchos años, y no quieres acordarte, más el hambre y la miseria nunca marcharon aparte, Las guerras dejan desgracias envueltas en soledades, que si la suerte se niega también deja mortandades. Nadie pone nunca dudas de enfermedades fatales, que parecen ser absurdas más nadie las ve normales. Han pasado ochenta y seis años, las huellas están flotantes, son caminos con sus daños que se repiten constantes. Preguntamos a la ciencia, que no puede así explicarse, y te llenas de paciencia por ver las huellas borrarse. Maldiciendo todas guerras cargadas de muerte y sangre, donde las vidas se entierran de una forma miserable, Que no nos digan mentiras ni comenten ciertas frases, la salud cuando se gira jamás puedes ver las bases. Enfermedades calladas entre gritos miserables, no valen frases marcadas si las vidas poco valen. Podrán pasar muchos años, podrán gritar sin verdades, más conocemos los daños envueltos en realidades. Malditas todas las guerras, nadie puede allí salvarse, solo las penas se entierran sin poder nunca aclararse, Hoy los recuerdos afloran de una forma inimaginable, aunque nadie les decora son recuerdos miserables.
G X Cantalapiedra. 18 – 5 – 2025.
Vamos haciendo memoria de enfermedades de guerra, donde la tuberculosis hablan de que fue la estrella, Un padre que se moría de esa enfermedad maldita, y que toda su familia a veces hasta se agita, Nadie conoce motivos para sentirse seguro, no solo se heredan fincas, si no el futuro inseguro, Médicos que te preguntan por ciertas enfermedades, que sufrieron los soldados sufriendo ciertas maldades, Maldigo todas las guerras con sus tremendas enfermedades, que heredaron los hijos siendo causas naturales, Han pasado muchos años, y no quieres acordarte, más el hambre y la miseria nunca marcharon aparte, Las guerras dejan desgracias envueltas en soledades, que si la suerte se niega también deja mortandades. Nadie pone nunca dudas de enfermedades fatales, que parecen ser absurdas más nadie las ve normales. Han pasado ochenta y seis años, las huellas están flotantes, son caminos con sus daños que se repiten constantes. Preguntamos a la ciencia, que no puede así explicarse, y te llenas de paciencia por ver las huellas borrarse. Maldiciendo todas guerras cargadas de muerte y sangre, donde las vidas se entierran de una forma miserable, Que no nos digan mentiras ni comenten ciertas frases, la salud cuando se gira jamás puedes ver las bases. Enfermedades calladas entre gritos miserables, no valen frases marcadas si las vidas poco valen. Podrán pasar muchos años, podrán gritar sin verdades, más conocemos los daños envueltos en realidades. Malditas todas las guerras, nadie puede allí salvarse, solo las penas se entierran sin poder nunca aclararse, Hoy los recuerdos afloran de una forma inimaginable, aunque nadie les decora son recuerdos miserables.
G X Cantalapiedra. 18 – 5 – 2025.