CUANDO EL DESTINO JUEGA SU BAZA.
El destino puede jugarnos su baza, es imposible el saber como terminaremos, ni por donde andaremos, solo sabemos que las piedras que están en las montañas no se mueven, y eso parece incierto cuando se taladran túneles, laderas y otras lindezas que cambian el sentido de esas piedras que llevan siglos esperando su cambio físico, Las personas a veces sentimos la necesidad de gritar que no nos moverán, cosa rara, ya que el más firme candidato a tener su vida en un lugar, sin saber cómo ni por qué, terminan cambiando de sitio o de vivienda, Es posible que una mujer con sus ideas claras, termine teniendo dudas, y no digamos de los hombres, que no quieren moverse de su lugar de asentamiento, parece que siempre el destino nos espera con su iniciativa, no digas que no, ni te cierres en una coraza que se la puede llevar un mal viento, Todos jugamos en esta vida a ser felices, todos soñamos alguna vez con otro mundo de fantasía, digamos que hasta los poetas sueñan con un mundo de poesía, si fuera posible, pero los sueños se quedan sin cumplir la mayoría, y a veces juegas esperando que el destino te lleve por un buen paisaje con sus jardines florecidos, donde tus pensamientos se vean erguidos y nunca comprometidos. Es el destino a veces el que quiere ser tu juez, el que te incita a cambiar tus ideas, de amores y pasiones, y empiezas a ser un navegante por esta vida sin timón ni brújula, que pueda llevarte a buen puerto. El destino puede dejarte en la tristeza o en la alegría, otras veces te deja en la melancolía, y esperas que te cambie el nuevo día, para sentir tu buena armonía, Somos prisioneros del destino, no vale llenarte de razones, ni sirve a veces cambiar de camino para lograr nuevas sensaciones. Deja que siga tu vida, entre brisas placenteras, no quieras hallar salida si son tristes las esperas. Camina sin grandes prisas y sin buscar la pradera, no sueñes con ciertas brisas de tiempo de primavera. G X Cantalapiedra.
El destino puede jugarnos su baza, es imposible el saber como terminaremos, ni por donde andaremos, solo sabemos que las piedras que están en las montañas no se mueven, y eso parece incierto cuando se taladran túneles, laderas y otras lindezas que cambian el sentido de esas piedras que llevan siglos esperando su cambio físico, Las personas a veces sentimos la necesidad de gritar que no nos moverán, cosa rara, ya que el más firme candidato a tener su vida en un lugar, sin saber cómo ni por qué, terminan cambiando de sitio o de vivienda, Es posible que una mujer con sus ideas claras, termine teniendo dudas, y no digamos de los hombres, que no quieren moverse de su lugar de asentamiento, parece que siempre el destino nos espera con su iniciativa, no digas que no, ni te cierres en una coraza que se la puede llevar un mal viento, Todos jugamos en esta vida a ser felices, todos soñamos alguna vez con otro mundo de fantasía, digamos que hasta los poetas sueñan con un mundo de poesía, si fuera posible, pero los sueños se quedan sin cumplir la mayoría, y a veces juegas esperando que el destino te lleve por un buen paisaje con sus jardines florecidos, donde tus pensamientos se vean erguidos y nunca comprometidos. Es el destino a veces el que quiere ser tu juez, el que te incita a cambiar tus ideas, de amores y pasiones, y empiezas a ser un navegante por esta vida sin timón ni brújula, que pueda llevarte a buen puerto. El destino puede dejarte en la tristeza o en la alegría, otras veces te deja en la melancolía, y esperas que te cambie el nuevo día, para sentir tu buena armonía, Somos prisioneros del destino, no vale llenarte de razones, ni sirve a veces cambiar de camino para lograr nuevas sensaciones. Deja que siga tu vida, entre brisas placenteras, no quieras hallar salida si son tristes las esperas. Camina sin grandes prisas y sin buscar la pradera, no sueñes con ciertas brisas de tiempo de primavera. G X Cantalapiedra.