HACE AHORA VEINTE AÑOS
Hace ahora unos veinte años que visitamos la Sima de Brías, quizá esté a una distancia de cuatro kilómetros de ese pueblo soriano, fue una experiencia única, conocía las bodegas de La Seca. Valladolid, más este lugar no tiene nada que ver con aquellas bodegas subterráneas hechas por la mano del hombre, La Sima de Brías es un laberinto donde una persona que no este preparada para pisar allí, puede quedarse para siempre en sus habitaciones, con solo ventanas que dan pasó a nuevas ventanas, echas en la piedra o tierra dura. Para iniciar el viaje, tienes que bajar por una cuerda, y cuando tocas el suelo de la Sima, la voz se queda sin sonido apenas, quizá a más de diez metros no se escuche al compañero, aunque grite. El caminar es difícil, el piso son piedras gigantes que tienes que bordear o subir por ellas, Cuando llevas allí dentro más de una hora, empiezas a sentir claustrofobia, y deseas salir de allí como sea, viendo esa boca estrecha, y una cuerda colgando de un enebro enano, pero fuerte, que aguanta el subir por dicha cuerda sin ayuda, o tienen que tirar de ti desde la parte de la boca de dicha Sima. El viernes pasado estuve en la Sima del Diablo de Alcorón, que no tiene nada que ver con esta Sima de Brías, digamos más misteriosa y silenciosa, ya que allí dentro se escuchaba hasta el agua correr por sus manantiales, y además tiene una escalera de piedra y madera para subir y bajar, con una boca grande, aunque el interior al estar a oscuras te impone tanta oscuridad. Cuando estuvimos en Brías nos acompañó Miguel Ángel, un hombre de Galapagares conocedor de dicha Sima, y él estaba preparado con cuerdas y linternas para seguir adelante sin demasiado miedo, En La Seca puede existir más de medio kilometro que esta minado, donde antiguamente se cosechaba ese vino Verdejo bajo tierra, Con poyos para apoyar sus cubas grandes. Ahora hace sesenta y tres años, que el agua inundo todas las bodegas, y hubo paredes que se vinieron abajo, dejando muchas bodegas comunicadas entre sí, que con el paso de los años se han quedado para el olvido, Ya que La Bodega Cooperativa no tiene esa clase de almacenamiento del vino. Y solo son adornos con el peligro de hundimientos como paso entonces. G X Cantalapiedra. 19 – 5 – 2025.
Hace ahora unos veinte años que visitamos la Sima de Brías, quizá esté a una distancia de cuatro kilómetros de ese pueblo soriano, fue una experiencia única, conocía las bodegas de La Seca. Valladolid, más este lugar no tiene nada que ver con aquellas bodegas subterráneas hechas por la mano del hombre, La Sima de Brías es un laberinto donde una persona que no este preparada para pisar allí, puede quedarse para siempre en sus habitaciones, con solo ventanas que dan pasó a nuevas ventanas, echas en la piedra o tierra dura. Para iniciar el viaje, tienes que bajar por una cuerda, y cuando tocas el suelo de la Sima, la voz se queda sin sonido apenas, quizá a más de diez metros no se escuche al compañero, aunque grite. El caminar es difícil, el piso son piedras gigantes que tienes que bordear o subir por ellas, Cuando llevas allí dentro más de una hora, empiezas a sentir claustrofobia, y deseas salir de allí como sea, viendo esa boca estrecha, y una cuerda colgando de un enebro enano, pero fuerte, que aguanta el subir por dicha cuerda sin ayuda, o tienen que tirar de ti desde la parte de la boca de dicha Sima. El viernes pasado estuve en la Sima del Diablo de Alcorón, que no tiene nada que ver con esta Sima de Brías, digamos más misteriosa y silenciosa, ya que allí dentro se escuchaba hasta el agua correr por sus manantiales, y además tiene una escalera de piedra y madera para subir y bajar, con una boca grande, aunque el interior al estar a oscuras te impone tanta oscuridad. Cuando estuvimos en Brías nos acompañó Miguel Ángel, un hombre de Galapagares conocedor de dicha Sima, y él estaba preparado con cuerdas y linternas para seguir adelante sin demasiado miedo, En La Seca puede existir más de medio kilometro que esta minado, donde antiguamente se cosechaba ese vino Verdejo bajo tierra, Con poyos para apoyar sus cubas grandes. Ahora hace sesenta y tres años, que el agua inundo todas las bodegas, y hubo paredes que se vinieron abajo, dejando muchas bodegas comunicadas entre sí, que con el paso de los años se han quedado para el olvido, Ya que La Bodega Cooperativa no tiene esa clase de almacenamiento del vino. Y solo son adornos con el peligro de hundimientos como paso entonces. G X Cantalapiedra. 19 – 5 – 2025.