LOS LABRADORES AIROSOS DE LA SECA
Estas fechas de San Isidro, en aquel Valle se pensaba siempre quien era el mejor mozo de mulas del entorno, existían esas pruebas de arar derecho y haciendo surcos con altanería, era como poder presumir de saber sobre la vida del campo en aquel lugar, a veces se presentía el orgullo de ser labrador, y otras veces el querer ser el número uno en diferentes actividades. En mi niñez fui testigo de esos concursos, casi siempre en el entorno del Árbol Alto, Carretera de Tordesillas. Luego en otoño, siempre existió algún mozo de acémilas con su yugo y arado romano, hacer una raya de punta en punta del término, como de unos cuatro kilómetros de larga, empezando su recorrido sobre El Monte Pedroso, y acabando en El Calvario Viejo, Ese surco que era una línea larga cruzando caminos, huertas y algún rastrojo, era la admiración de muchos labradores de aquellos lugares, Creo que quien siempre hizo tal hazaña, fue Samuel Gómez Cantalapiedra. Campeón comarcal en Medina del Campo de arar derecho, fue dos veces el primero, en los años de la Segunda República, Sus títulos otorgados por el Ayuntamiento de Medina del Campo, los herede yo, al ser sobrino de aquel hombre que dejó sus huellas para muchos años, ya que me los dio en vida y los conservo como oro en paño. Si en esa Villa donde ambos nacimos se hiciera un museo rural o cosa parecida, me agradaría el donarlos. Si no quizá pasen a las manos de mi hijo, que aunque conoció a mi tío, no sabe de aquella época donde la habilidad de los hombres en la agricultura, era su huella de identidad, y su forma de sentirse labrador hasta sus últimos días. G X Cantalapiedra. 14 -5 – 2025. Y MAÑANA ES SAN ISIDRO, PATRÓN DE LOS LABRADORES.
Estas fechas de San Isidro, en aquel Valle se pensaba siempre quien era el mejor mozo de mulas del entorno, existían esas pruebas de arar derecho y haciendo surcos con altanería, era como poder presumir de saber sobre la vida del campo en aquel lugar, a veces se presentía el orgullo de ser labrador, y otras veces el querer ser el número uno en diferentes actividades. En mi niñez fui testigo de esos concursos, casi siempre en el entorno del Árbol Alto, Carretera de Tordesillas. Luego en otoño, siempre existió algún mozo de acémilas con su yugo y arado romano, hacer una raya de punta en punta del término, como de unos cuatro kilómetros de larga, empezando su recorrido sobre El Monte Pedroso, y acabando en El Calvario Viejo, Ese surco que era una línea larga cruzando caminos, huertas y algún rastrojo, era la admiración de muchos labradores de aquellos lugares, Creo que quien siempre hizo tal hazaña, fue Samuel Gómez Cantalapiedra. Campeón comarcal en Medina del Campo de arar derecho, fue dos veces el primero, en los años de la Segunda República, Sus títulos otorgados por el Ayuntamiento de Medina del Campo, los herede yo, al ser sobrino de aquel hombre que dejó sus huellas para muchos años, ya que me los dio en vida y los conservo como oro en paño. Si en esa Villa donde ambos nacimos se hiciera un museo rural o cosa parecida, me agradaría el donarlos. Si no quizá pasen a las manos de mi hijo, que aunque conoció a mi tío, no sabe de aquella época donde la habilidad de los hombres en la agricultura, era su huella de identidad, y su forma de sentirse labrador hasta sus últimos días. G X Cantalapiedra. 14 -5 – 2025. Y MAÑANA ES SAN ISIDRO, PATRÓN DE LOS LABRADORES.