EL MENDIGO MAL RECIBIDO
Eran los años de 1960, o quizá algo más, cuando un mendigo que según comentaban era de Medina del Campo, llegó a mendingar en esa villa. Su presencia no resulto fácil de asimilar, ya que pronto fue reconocido por su pasado rastrero y malo, y se corrió la voz por todo aquel valle, pregonando su pasado negro, que había dejado mucho que desear, Aquel hombre ya fichado por mala persona, se ve que en otros lugares no le daban limosna por reconocer su historia, En esa Villa en sucesivos viajes el hombre notó que le cerraban las puertas en todos los barrios, incluso algún conocido suyo, que lamentaba verle mendingando, el hombre se fue del valle, maldiciendo a su moradores, y en sus maldiciones parece que lamentaba el no haber echo más fechorías, La Seca que quería olvidar algunos personajes dramáticos de hacia pocos años, en aquella ocasión, no quería que dicho pobre mendingando se muriera, en silencio se decía que pague lo que hizo sin morirse, ya que si se muere no podrá sufrir el desprecio de las gentes normales de esta tierra, Creo que nunca más le vi por nuestro valle, tampoco por Medina del Campo, donde yo visitaba normalmente esa ciudad, que era fuente de mercancías y carnet de conducir, En mi memoria se quedó su físico, su forma de andar con las alforjas a cuestas, y vi cómo se cerraban todas las puertas a su paso, Mi Valle no quería olvidar a quien no respetaba la vida de sus semejantes, y aunque les viera muy mal como este hombre mendingando, no tenía ninguna compasión con él, ya que este hombre según comentaron disfruto haciendo el mal, No hace falta el morirse para pagar los desastres que se hacen en la vida, a veces es la misma vida la que te devuelve tus actos, para ponerte en tu sitio, y demostrarte que la justicia de la Madre Naturaleza no suele fallar. Cada ser humano tiene su conciencia, que le acusará de sus malos actos hasta el día de su muerte, y se marchará de este mundo sin poderse perdonar nunca de sus barbaridades. G X Cantalapiedra.
Eran los años de 1960, o quizá algo más, cuando un mendigo que según comentaban era de Medina del Campo, llegó a mendingar en esa villa. Su presencia no resulto fácil de asimilar, ya que pronto fue reconocido por su pasado rastrero y malo, y se corrió la voz por todo aquel valle, pregonando su pasado negro, que había dejado mucho que desear, Aquel hombre ya fichado por mala persona, se ve que en otros lugares no le daban limosna por reconocer su historia, En esa Villa en sucesivos viajes el hombre notó que le cerraban las puertas en todos los barrios, incluso algún conocido suyo, que lamentaba verle mendingando, el hombre se fue del valle, maldiciendo a su moradores, y en sus maldiciones parece que lamentaba el no haber echo más fechorías, La Seca que quería olvidar algunos personajes dramáticos de hacia pocos años, en aquella ocasión, no quería que dicho pobre mendingando se muriera, en silencio se decía que pague lo que hizo sin morirse, ya que si se muere no podrá sufrir el desprecio de las gentes normales de esta tierra, Creo que nunca más le vi por nuestro valle, tampoco por Medina del Campo, donde yo visitaba normalmente esa ciudad, que era fuente de mercancías y carnet de conducir, En mi memoria se quedó su físico, su forma de andar con las alforjas a cuestas, y vi cómo se cerraban todas las puertas a su paso, Mi Valle no quería olvidar a quien no respetaba la vida de sus semejantes, y aunque les viera muy mal como este hombre mendingando, no tenía ninguna compasión con él, ya que este hombre según comentaron disfruto haciendo el mal, No hace falta el morirse para pagar los desastres que se hacen en la vida, a veces es la misma vida la que te devuelve tus actos, para ponerte en tu sitio, y demostrarte que la justicia de la Madre Naturaleza no suele fallar. Cada ser humano tiene su conciencia, que le acusará de sus malos actos hasta el día de su muerte, y se marchará de este mundo sin poderse perdonar nunca de sus barbaridades. G X Cantalapiedra.