ERAN TIEMPOS DIFICILES,
El año de 1966, eran tiempos difíciles para quien soñaba ser artista de teatro o cualquier cosa parecida, aquel joven compañero de trabajo en aquellos meses, parecía que sus modales y forma de actuar eran un poco feminista, por lo cual hubo compañeros que le dieron de lado, este joven bien parecido, dejo pronto aquel trabajo, para entrar en una peluquería de señoras, Un tiempo después me encontré con el de nuevo, iba vestido muy bien, sus modales incluso refinados, y hasta sus zapatos de charol brillaban, enseguida comprendí que su vida había cambiado a mejor, ya que el mismo me anuncio que estaba actuando en un teatro de aficionados, donde parecía ser el titular de la obra, En aquellos años la empresa donde trabajamos era de ciento y pico empleados, entre ellos había de todo, pero las personas que como este joven eran demasiado finas, se les confundía con el desmadre de la clase humana, creo que era para ellos difícil salir del armario, ya que el machismo imperante, era lo normal entonces, las personas que por allí pasaban dejaban mucho que desear en cultura, incluso comprobé que existían un diez por ciento de analfabetos, que alguien de la empresa les enseñaba a trazar su nombre como un garabato para poder firmar su nómina. Incluso teníamos que anotarles las horas extraordinarias, los compañeros que dominábamos las cuentas, para que supieran lo que tenían de sueldo, Era lamentable aquella situación, donde encima se sentían machos ibéricos, trabajando como burros sin saber lo que cargaban, el pasado de estas personas era de trabajos en la agricultura o ganadería, en tierras de Extremadura, y nunca fueron a la escuela, Madrid era para ellos el futuro, ya que algunos de sus propios hijos les enseñaban a poder leer y escribir, Más no entendían a las personas refinadas o con tendencias entonces llamadas extraviadas. Eran mundos opuestos, y su lenguaje apenas se podían expresar con habilidad, Hoy día seguro que no podrían entrar a efectuar su trabajo de entonces, que la verdad era baja, y solo haciendo horas extraordinarias les subía la nómina. Aquel tiempo le dejé en el olvido, aunque pude ver algún compañero que se marchó de allí para mejorar su situación, sobre todo las personas más preparadas culturalmente, abrieron sus negocios o pasaron a ocupar otros lugares más a su gusto. G X Cantalapiedra.
El año de 1966, eran tiempos difíciles para quien soñaba ser artista de teatro o cualquier cosa parecida, aquel joven compañero de trabajo en aquellos meses, parecía que sus modales y forma de actuar eran un poco feminista, por lo cual hubo compañeros que le dieron de lado, este joven bien parecido, dejo pronto aquel trabajo, para entrar en una peluquería de señoras, Un tiempo después me encontré con el de nuevo, iba vestido muy bien, sus modales incluso refinados, y hasta sus zapatos de charol brillaban, enseguida comprendí que su vida había cambiado a mejor, ya que el mismo me anuncio que estaba actuando en un teatro de aficionados, donde parecía ser el titular de la obra, En aquellos años la empresa donde trabajamos era de ciento y pico empleados, entre ellos había de todo, pero las personas que como este joven eran demasiado finas, se les confundía con el desmadre de la clase humana, creo que era para ellos difícil salir del armario, ya que el machismo imperante, era lo normal entonces, las personas que por allí pasaban dejaban mucho que desear en cultura, incluso comprobé que existían un diez por ciento de analfabetos, que alguien de la empresa les enseñaba a trazar su nombre como un garabato para poder firmar su nómina. Incluso teníamos que anotarles las horas extraordinarias, los compañeros que dominábamos las cuentas, para que supieran lo que tenían de sueldo, Era lamentable aquella situación, donde encima se sentían machos ibéricos, trabajando como burros sin saber lo que cargaban, el pasado de estas personas era de trabajos en la agricultura o ganadería, en tierras de Extremadura, y nunca fueron a la escuela, Madrid era para ellos el futuro, ya que algunos de sus propios hijos les enseñaban a poder leer y escribir, Más no entendían a las personas refinadas o con tendencias entonces llamadas extraviadas. Eran mundos opuestos, y su lenguaje apenas se podían expresar con habilidad, Hoy día seguro que no podrían entrar a efectuar su trabajo de entonces, que la verdad era baja, y solo haciendo horas extraordinarias les subía la nómina. Aquel tiempo le dejé en el olvido, aunque pude ver algún compañero que se marchó de allí para mejorar su situación, sobre todo las personas más preparadas culturalmente, abrieron sus negocios o pasaron a ocupar otros lugares más a su gusto. G X Cantalapiedra.