Y LLEGARON TRES MUJERES BRUJAS
Hace ahora más de dos siglos, sobre el año 1817, la hambruna que dejó la guerra llamada de La Independencia, hizo avivar los sentidos en diferentes ocasiones, Aquellas tres mujeres venidas del mundo adelante, se comprometieron a ir a vendimiar con un señor de aquel valle, que tenía su bodega y su lagar, la vendimia empezó aquel año a primeros del mes de octubre, y sus uvas verdejas que eran pequeñas y muy dulces, las hicieron a las tres mujeres cavilar, y consiguiendo un poco de mosto del lagar, con una calabaza alargada y amarilla, iniciaron su destilación del invento que pusieron en marcha, trozos de calabaza sin cascara, trozos de letuario sin cascara y con canela, y una botella de aguardiente fabricado allí en ese valle, entonces llamado. Seca, La. Durante toda la noche en aquella cocina llamada de verano, el invento aquel debió de salir fabuloso. Estuvo cociendo durante más de ocho horas, y por la mañana aun mozo de mulas que andaba constipado le ofrecieron su curación rápida, Estas tres mujeres aprovecharon algún comentario de alguna persona de ese Valle, donde parece que algún hebreo habló del potingue que se practicaba en Israel hace siglos, y parece que hoy día El Letuario sigue siendo su dulce favorito, aprovecharon la cultura judía, con las uvas verdejas dulces y pequeñas, que hacen un vino de quince grados si se las deja madurar, Aquellas tres mujeres brujas, al acabar la vendimia después de 22, días, salieron camino del mundo adelante, eso sí, dejando sobre ese Valle su receta del dulce de Letuario, y el arrope de uvas verdejas, que años después se sigue practicando, y que durante la posguerra incivil, fueron la merienda de muchos niños al salir de la escuela, entre ellos yo tuve la suerte de poder comerlo con mucho cariño y un sabor fabuloso, los dos dulces se siguen trabajando en ese valle, donde el cruce de culturas fue muy grande, al ser lugar de paso de la Ciudad de Valladolid hasta Medina del Campo. Son costumbres adquiridas a base de años. G X Cantalapiedra.
Hace ahora más de dos siglos, sobre el año 1817, la hambruna que dejó la guerra llamada de La Independencia, hizo avivar los sentidos en diferentes ocasiones, Aquellas tres mujeres venidas del mundo adelante, se comprometieron a ir a vendimiar con un señor de aquel valle, que tenía su bodega y su lagar, la vendimia empezó aquel año a primeros del mes de octubre, y sus uvas verdejas que eran pequeñas y muy dulces, las hicieron a las tres mujeres cavilar, y consiguiendo un poco de mosto del lagar, con una calabaza alargada y amarilla, iniciaron su destilación del invento que pusieron en marcha, trozos de calabaza sin cascara, trozos de letuario sin cascara y con canela, y una botella de aguardiente fabricado allí en ese valle, entonces llamado. Seca, La. Durante toda la noche en aquella cocina llamada de verano, el invento aquel debió de salir fabuloso. Estuvo cociendo durante más de ocho horas, y por la mañana aun mozo de mulas que andaba constipado le ofrecieron su curación rápida, Estas tres mujeres aprovecharon algún comentario de alguna persona de ese Valle, donde parece que algún hebreo habló del potingue que se practicaba en Israel hace siglos, y parece que hoy día El Letuario sigue siendo su dulce favorito, aprovecharon la cultura judía, con las uvas verdejas dulces y pequeñas, que hacen un vino de quince grados si se las deja madurar, Aquellas tres mujeres brujas, al acabar la vendimia después de 22, días, salieron camino del mundo adelante, eso sí, dejando sobre ese Valle su receta del dulce de Letuario, y el arrope de uvas verdejas, que años después se sigue practicando, y que durante la posguerra incivil, fueron la merienda de muchos niños al salir de la escuela, entre ellos yo tuve la suerte de poder comerlo con mucho cariño y un sabor fabuloso, los dos dulces se siguen trabajando en ese valle, donde el cruce de culturas fue muy grande, al ser lugar de paso de la Ciudad de Valladolid hasta Medina del Campo. Son costumbres adquiridas a base de años. G X Cantalapiedra.
Excelente experiencia.
Gracias! Por compartirla.
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