EN LA PUERTA DEL CEMENTERIO
Aquel fraile de La Peña, que de vez en cuando venía a La Seca para pedir sus limosnas, para mantener aquella preciosa iglesia y ermita con sus alrededores. Más aquella mañana de niebla el panorama era de casi fantasmas, al estar con niebla cerrada. que en aquella época se dejaba sentir en las personas de aquella zona, y el Cementerio ocasionaba miedo, el fraile según me contaron ciertas personas que ya no existen, estaba de rodillas rezando abrazado a las verjas de la puerta de dicho Cementerio, y el señor “Tacones”, que caminaba en su burro tapado con su manta zamorana, vio que dicho burro pego un espanto, y el hombre que todavía era de noche, soltó una blasfemia de las que en aquellos tiempos se lanzaban cuando andaban con asnos, y el fraile le replico. “Más adelante te lo dirán”, “El señor Tacones contestó”. Más adelante me tocan los tacones, esto es un poco arreglado, por no soltar la palabra justa que aquel hombre del campo lanzo, El fraile siguió con sus oraciones, y el “señor Tacones” continuo camino, para poder excavar las viñas de su patrón, en lo que entonces no era todavía El Famoso Camino del Puerto. La anécdota corrió por los campos de La Seca, que siempre cualquier cosa que tocara el Cementerio tenía mucho alcance. Y que después de muchos años se contaba como si hubiera sido ayer. Esta historia la escuche en mi infancia, y debió de ser verdad, ya que fueron diferentes personas mayores las que lo contaban, La Peña esta a dos horas de andar en burro, desde la Villa de La Seca, este fraile que venía andando, debió de salir de dicha iglesia ermita muy temprano, Es normal que todo lo contado sea verdad, La Seca tiene historias para todo. Son quinientos y pico años de su fundación, y cuatrocientos cinco años de su Villazgo. Que hay que agradecer a Don Alonso Cantalapiedra, que tuvo el valor de soltar, 2,900 000. Maravedíes para que esto sucediera. Ya que el costo de ese titulo fue de 6,900,000. Maravedíes. Siglo XVII. G X Cantalapiedra.
Aquel fraile de La Peña, que de vez en cuando venía a La Seca para pedir sus limosnas, para mantener aquella preciosa iglesia y ermita con sus alrededores. Más aquella mañana de niebla el panorama era de casi fantasmas, al estar con niebla cerrada. que en aquella época se dejaba sentir en las personas de aquella zona, y el Cementerio ocasionaba miedo, el fraile según me contaron ciertas personas que ya no existen, estaba de rodillas rezando abrazado a las verjas de la puerta de dicho Cementerio, y el señor “Tacones”, que caminaba en su burro tapado con su manta zamorana, vio que dicho burro pego un espanto, y el hombre que todavía era de noche, soltó una blasfemia de las que en aquellos tiempos se lanzaban cuando andaban con asnos, y el fraile le replico. “Más adelante te lo dirán”, “El señor Tacones contestó”. Más adelante me tocan los tacones, esto es un poco arreglado, por no soltar la palabra justa que aquel hombre del campo lanzo, El fraile siguió con sus oraciones, y el “señor Tacones” continuo camino, para poder excavar las viñas de su patrón, en lo que entonces no era todavía El Famoso Camino del Puerto. La anécdota corrió por los campos de La Seca, que siempre cualquier cosa que tocara el Cementerio tenía mucho alcance. Y que después de muchos años se contaba como si hubiera sido ayer. Esta historia la escuche en mi infancia, y debió de ser verdad, ya que fueron diferentes personas mayores las que lo contaban, La Peña esta a dos horas de andar en burro, desde la Villa de La Seca, este fraile que venía andando, debió de salir de dicha iglesia ermita muy temprano, Es normal que todo lo contado sea verdad, La Seca tiene historias para todo. Son quinientos y pico años de su fundación, y cuatrocientos cinco años de su Villazgo. Que hay que agradecer a Don Alonso Cantalapiedra, que tuvo el valor de soltar, 2,900 000. Maravedíes para que esto sucediera. Ya que el costo de ese titulo fue de 6,900,000. Maravedíes. Siglo XVII. G X Cantalapiedra.