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LA SECA: DESDE LA POZA LOS LOBOS...

DESDE LA POZA LOS LOBOS
Tenía solo quince años, y estaba dando haces de trigo a un pariente cercano mío, digamos a un hermano de mi madre, Cuando al levantar el haz de trigo candeal, una hermosa culebra de más de un metro de larga se me puso de pie silbando, mi tío desde arriba del carro, me indico dale con el horcón de cargar los haces, intente varias veces pincharla por los surcos adelante, más era imposible, se me escapaba sin lograr mi objetivo, terminando en la finca de al lado, entre haces de maquina segadora. Teniendo que dejar que dicha culebra viviera su vida en libertad. Era la primera vez que en mi vida tenia delante una culebra tan grande. y tenía la posibilidad de eliminarla, Recuerdo que siendo niño de unos ocho años, cuando fui con mis hermanas a llevar a mi padre la merienda en aquel mes de junio, de 1953, en El Camino de Ventosa, estaba mi padre segando con otro compañero, apodado Ronjolilla, que termino su vida en tierras vascas, Cuando segando algarrobas, les salió una culebra de larga como de un metro más o menos, mi padre logro darle un golpe con su hoz de segar, y dejarla en dos trozos, que el compañero de siega remato, pude ver como dicha culebra estaba en tres trozos, y se seguía moviéndose en el suelo durante bastante tiempo. Más aquella vez de La Poza los Lobos, en tierras que eran de viñedos, pero aquellos años se sembraban de cereales, me marcó al no poder eliminarla, y eso que intente pincharla con el horcón varias veces, el baile que llevaba la culebra era muy rápida y siempre cimbreando. Al comentarlo a mis amigos de la infancia, me dijeron que tenía que haberla dado cuando se levantó del suelo silbando, pero yo no esperaba nada parecido, sobre una tierra segada, que algunos llaman rastrojos. La vida en la agricultura tiene sus momentos inciertos, y no siempre te han preparado para salir airoso de dicha prueba. G X Cantalapiedra.