LA CASTILLA QUE NUNCA SOÑÓ SER MUSULMANA
Esa Castilla que llaman mesetaria,
cargada de sequía y polvorienta,
esa tierra quizá fuera sectaria
con olores de trigo hoy se lamenta.
Los caminos se vuelven silenciosos
esperando que el viento les mantenga,
otras veces se hicieron vanidosos
cuando el agua de mayo bien les riega.
La Castilla cargada con sus credos
impotentes de ver su noche negra,
hace tiempo que fueron los enredos
de sufrir el ataque de una fiera.
Musulmanes cruzaron por sus puentes,
empeñados con lunas que se ausentan,
los cristianos se vieron penitentes
en los años que su vida la revientan.
La Castilla que llaman mesetaria
la que sabe de vientos congelados,
el invierno la deja partidaria
de escuchar los silbidos escarchados.
Esta tierra de buenos labradores
soñadores de cereales y buen trigo,
tiene sendas de rosas y de flores
donde crece la fe del buen amigo.
Los viñedos nos dejan sus sabores
entre sueños que parecen permitidos,
es La Castilla de grandes labradores
que en su mundo se vieron deprimidos.
Castellanos de promesas imposibles,
con la lluvia de otoño vas sembrando,
tus palabras quedaron invisibles
con sudores que tu fuiste dejando.
G X Cantalapiedra.
Esa Castilla que llaman mesetaria,
cargada de sequía y polvorienta,
esa tierra quizá fuera sectaria
con olores de trigo hoy se lamenta.
Los caminos se vuelven silenciosos
esperando que el viento les mantenga,
otras veces se hicieron vanidosos
cuando el agua de mayo bien les riega.
La Castilla cargada con sus credos
impotentes de ver su noche negra,
hace tiempo que fueron los enredos
de sufrir el ataque de una fiera.
Musulmanes cruzaron por sus puentes,
empeñados con lunas que se ausentan,
los cristianos se vieron penitentes
en los años que su vida la revientan.
La Castilla que llaman mesetaria
la que sabe de vientos congelados,
el invierno la deja partidaria
de escuchar los silbidos escarchados.
Esta tierra de buenos labradores
soñadores de cereales y buen trigo,
tiene sendas de rosas y de flores
donde crece la fe del buen amigo.
Los viñedos nos dejan sus sabores
entre sueños que parecen permitidos,
es La Castilla de grandes labradores
que en su mundo se vieron deprimidos.
Castellanos de promesas imposibles,
con la lluvia de otoño vas sembrando,
tus palabras quedaron invisibles
con sudores que tu fuiste dejando.
G X Cantalapiedra.