LOS SUEÑOS SE VUELVEN IMPOSIBLES
Aquel hombre venido de la ciudad, más habiendo nacido en aquel pueblo, se sentía a gusto en el mes de agosto, acababa de jubilarse, y un año antes se quedó viudo, y por teléfono concertó una entrevista con una mujer soltera de su ambiente infantil, la mujer muy discreta le había dicho que la esperase al lado de la ermita, cosa que aquel hombre con su coche a las seis de la tarde estaba allí, la mujer llegó con su mejor ropa, y se hablaron como si no hubiera pasado el tiempo, el hombre encantado con su amiga de la infancia, terminaron con el coche en Toro Zamora, y comentaron la posibilidad de al día siguiente salir juntos por esas tierras de Castilla y León, todo parecía ir bien encaminado, pero al hablar de como sería su vida en el futuro, la mujer comentó no saldré de este pueblo nunca, aquí tengo mi casa mis amigas y mis costumbres, el hombre acostumbrado a la ciudad, se quedó perplejo, intento convencerla, diciendo que vivirían en ambos lugares, la mujer se negó sin posibilidad de cambio, y el hombre aquella tarde noche de fiesta en aquel pueblo castellano, cogió su coche y se marchó sin explicar a nadie su decepción, era una lección con la que no contaba aquel hombre, y se marchó pensando por el camino, lo difícil que es entenderse con personas que nunca salieron de su ambiente. Sobre todo cuando intentas cambiar el rumbo de su vida, aunque sea para mejor, puedes ver una muralla imposible de mover, solo queda el camino del retorno a tu ciudad, aunque tu casa y demás cosas sean buenas, Hay mujeres como también hombres, que su destino no admite cambios, y por mucho que quieras darlas razones, ellas no ven nunca soluciones. G X Cantalapiedra.
Aquel hombre venido de la ciudad, más habiendo nacido en aquel pueblo, se sentía a gusto en el mes de agosto, acababa de jubilarse, y un año antes se quedó viudo, y por teléfono concertó una entrevista con una mujer soltera de su ambiente infantil, la mujer muy discreta le había dicho que la esperase al lado de la ermita, cosa que aquel hombre con su coche a las seis de la tarde estaba allí, la mujer llegó con su mejor ropa, y se hablaron como si no hubiera pasado el tiempo, el hombre encantado con su amiga de la infancia, terminaron con el coche en Toro Zamora, y comentaron la posibilidad de al día siguiente salir juntos por esas tierras de Castilla y León, todo parecía ir bien encaminado, pero al hablar de como sería su vida en el futuro, la mujer comentó no saldré de este pueblo nunca, aquí tengo mi casa mis amigas y mis costumbres, el hombre acostumbrado a la ciudad, se quedó perplejo, intento convencerla, diciendo que vivirían en ambos lugares, la mujer se negó sin posibilidad de cambio, y el hombre aquella tarde noche de fiesta en aquel pueblo castellano, cogió su coche y se marchó sin explicar a nadie su decepción, era una lección con la que no contaba aquel hombre, y se marchó pensando por el camino, lo difícil que es entenderse con personas que nunca salieron de su ambiente. Sobre todo cuando intentas cambiar el rumbo de su vida, aunque sea para mejor, puedes ver una muralla imposible de mover, solo queda el camino del retorno a tu ciudad, aunque tu casa y demás cosas sean buenas, Hay mujeres como también hombres, que su destino no admite cambios, y por mucho que quieras darlas razones, ellas no ven nunca soluciones. G X Cantalapiedra.