ERA UNA NOCHE FRÍA DEL MES DE FEBRERO
En aquella villa castellana, el frío del mes de febrero se metía en los huesos de las personas que andaban por la calle, y aquel joven futuro inmigrante, subía por la calle principal con dos amigos más, cada uno hacia la casa de sus padres, venían de jugar a las cartas del círculo de labradores, Eran aproximadamente las doce de la noche, la televisión en blanco y negro funcionada hasta casi esa hora, más o menos, el frío se notaba en los huesos, aunque todos ellos llevaban abrigos o pellizas que abrigaban bastante, pero esas noches heladoras de varios grados bajo cero, se dejaban notar en las madrugadas, más aquella noche el joven futuro inmigrante, se dio cuenta que la luz de la casa de su amiga íntima estaba encendida, uno de los amigos comentó, está muy mal tu amiga, creo que el cáncer la sigue machacando. no hubo más comentarios, lo tres amigos sabían de sobra lo que cada uno pensaba, no quisieron sacar a colación ningún tema. La joven aquella fallecía de madrugada, y el joven futuro inmigrante se enteraba casi de milagro que había fallecido, Estando plantando viñas alguien paso con el carro y sus mulas, y le comentó, al saber la amistad que le unía con la joven fallecida, la tragedia de la muerte de Angelines, el padre del joven le dijo en ese momento, coge tu bicicleta y vete ya, no llegues tarde al entierro, Aquella tarde de febrero con un frío bastante grande todo el día, era una tortura, y la bicicleta incluso no daba ningún calor, Al llegar a la casa de sus padres el joven se cambio de ropa, y rápidamente bajo hasta la puerta de la fallecida, muy cerca de la iglesia, La joven fallecida era una persona muy buena, con buen carácter, y muy religiosa, creo que si existe el cielo se lo gano en la tierra, con esa enfermedad que sigue dañando a muchas personas, Eran tiempos difíciles pero para aquel joven inmigrante, que dos años después se marcharía de aquel valle, comentaba en su interior, era un perfecto ángel de la guarda, Es difícil olvidar a las buenas personas, creo que el tiempo todo lo va borrando, aunque mientras quedemos gente que conoció a Angelines, recordaremos aquel terrible desenlace, seguirá viva en nuestra memoria. G X Cantalapiedra.
En aquella villa castellana, el frío del mes de febrero se metía en los huesos de las personas que andaban por la calle, y aquel joven futuro inmigrante, subía por la calle principal con dos amigos más, cada uno hacia la casa de sus padres, venían de jugar a las cartas del círculo de labradores, Eran aproximadamente las doce de la noche, la televisión en blanco y negro funcionada hasta casi esa hora, más o menos, el frío se notaba en los huesos, aunque todos ellos llevaban abrigos o pellizas que abrigaban bastante, pero esas noches heladoras de varios grados bajo cero, se dejaban notar en las madrugadas, más aquella noche el joven futuro inmigrante, se dio cuenta que la luz de la casa de su amiga íntima estaba encendida, uno de los amigos comentó, está muy mal tu amiga, creo que el cáncer la sigue machacando. no hubo más comentarios, lo tres amigos sabían de sobra lo que cada uno pensaba, no quisieron sacar a colación ningún tema. La joven aquella fallecía de madrugada, y el joven futuro inmigrante se enteraba casi de milagro que había fallecido, Estando plantando viñas alguien paso con el carro y sus mulas, y le comentó, al saber la amistad que le unía con la joven fallecida, la tragedia de la muerte de Angelines, el padre del joven le dijo en ese momento, coge tu bicicleta y vete ya, no llegues tarde al entierro, Aquella tarde de febrero con un frío bastante grande todo el día, era una tortura, y la bicicleta incluso no daba ningún calor, Al llegar a la casa de sus padres el joven se cambio de ropa, y rápidamente bajo hasta la puerta de la fallecida, muy cerca de la iglesia, La joven fallecida era una persona muy buena, con buen carácter, y muy religiosa, creo que si existe el cielo se lo gano en la tierra, con esa enfermedad que sigue dañando a muchas personas, Eran tiempos difíciles pero para aquel joven inmigrante, que dos años después se marcharía de aquel valle, comentaba en su interior, era un perfecto ángel de la guarda, Es difícil olvidar a las buenas personas, creo que el tiempo todo lo va borrando, aunque mientras quedemos gente que conoció a Angelines, recordaremos aquel terrible desenlace, seguirá viva en nuestra memoria. G X Cantalapiedra.