AQUEL SOLTERÓN PENSABA
Eran finales del siglo XX, y aquel hombre labrador de bastantes fincas, se hizo la idea de tener que casarse al faltarle su madre, El estaba acostumbrado que en invierno cuando no tenía demasiado trabajo irse de vacaciones a tierras calientes, o costas Mediterráneas. Incluso cuando sus padres vivían, ya que él manejaba el dinero de su labranza, y parece que alguna mujer le hizo caso años atrás, más al salir ese año de casa, sentía la obligación de lograr una esposa que le fuera fiel, que incluso le diera algún hijo, cosa que parecía un poco raro, ya que a sus cincuenta y tantos años, su cuerpo no estaba para demasiadas juergas. Tenía un amigo en su pueblo de La Castilla Profunda, que le aviso de tan fanfarronada actitud, él hombre aquel soltero pensaba que salir del pueblo y estar con otras gentes, era suficiente para conseguir su objetivo, No le fue nada fácil, solo consiguió en su excursión de vacaciones invernales, ser timado por una mujer que estaba más lista que él y le dijo que se casaría, pero tenía que poner dinero encima de la mesa donde se sentaban a comer algunos días, Este hombre fanfarroneando le habló de dinero tractores y fincas, como si fuera media Castilla suya, Nada peor para el hombre que soñaba con llevarse a una mujer bien parecida a su pueblo, Las vacaciones se acababan, y la mujer salió disparada de aquel trance, sin hacerle ni caso a este Don Juan de vía estrecha, ya que sus andares eran torpes, y su forma de bailar dejaba mucho que desear, La mujer era de ciudad, sabiendo estar y comportarse, y él no sabia ni presentarse, toda su vida fue agricultor sin demasiada preparación, y la prisa de tener que casarse le llevaba a difíciles palabras. Donde se aturullaba y su cálculo de ojo de buen cubero le perdía, Tuvo que volver a su pueblo con la cabeza gacha, sin mujer ni propósito de encontrarla, Su vida empezó a declinar, y sus salidas a locales de alterne se veían difíciles, pensaba en encontrar un amor de película, y su película fue el invitar a consumiciones y comidas, que no le dieron ninguna ayuda, tan solo el criticarlo desde lejos, y hacer que se desengañara de sus ilusiones vanas. G X Cantalapiedra.
Eran finales del siglo XX, y aquel hombre labrador de bastantes fincas, se hizo la idea de tener que casarse al faltarle su madre, El estaba acostumbrado que en invierno cuando no tenía demasiado trabajo irse de vacaciones a tierras calientes, o costas Mediterráneas. Incluso cuando sus padres vivían, ya que él manejaba el dinero de su labranza, y parece que alguna mujer le hizo caso años atrás, más al salir ese año de casa, sentía la obligación de lograr una esposa que le fuera fiel, que incluso le diera algún hijo, cosa que parecía un poco raro, ya que a sus cincuenta y tantos años, su cuerpo no estaba para demasiadas juergas. Tenía un amigo en su pueblo de La Castilla Profunda, que le aviso de tan fanfarronada actitud, él hombre aquel soltero pensaba que salir del pueblo y estar con otras gentes, era suficiente para conseguir su objetivo, No le fue nada fácil, solo consiguió en su excursión de vacaciones invernales, ser timado por una mujer que estaba más lista que él y le dijo que se casaría, pero tenía que poner dinero encima de la mesa donde se sentaban a comer algunos días, Este hombre fanfarroneando le habló de dinero tractores y fincas, como si fuera media Castilla suya, Nada peor para el hombre que soñaba con llevarse a una mujer bien parecida a su pueblo, Las vacaciones se acababan, y la mujer salió disparada de aquel trance, sin hacerle ni caso a este Don Juan de vía estrecha, ya que sus andares eran torpes, y su forma de bailar dejaba mucho que desear, La mujer era de ciudad, sabiendo estar y comportarse, y él no sabia ni presentarse, toda su vida fue agricultor sin demasiada preparación, y la prisa de tener que casarse le llevaba a difíciles palabras. Donde se aturullaba y su cálculo de ojo de buen cubero le perdía, Tuvo que volver a su pueblo con la cabeza gacha, sin mujer ni propósito de encontrarla, Su vida empezó a declinar, y sus salidas a locales de alterne se veían difíciles, pensaba en encontrar un amor de película, y su película fue el invitar a consumiciones y comidas, que no le dieron ninguna ayuda, tan solo el criticarlo desde lejos, y hacer que se desengañara de sus ilusiones vanas. G X Cantalapiedra.