ESA CASTILLA SEDIENTA DE CIELOS ENMARAÑADOS
Pasar deprisa Castilla
entre campos resecados,
viendo a su gente sencilla
que sueña suelos mojados.
Ese cielo enmarañado
sin nubes que arrastren lluvia,
es un presagio apagado
que nunca será fortuna.
Ruidos por las carreteras
entre motores airosos,
que suelen poner barreras
aquellos tiempos dichosos.
Este calor veraniego
que parece el mes de agosto,
sigue lanzando algún riego
con el sudor sobre el rostro.
Es la Castilla Sedienta
que presagia descontentos,
la lluvia sí que se ausenta
en estos grises momentos.
El polvo de los caminos
y de tierras con tractores,
hacen en la vida signos
de ser sufridos dolores.
Ríos que marchan sin agua
por esos campos preciosos,
nadie comenta en su fragua
los calores tenebrosos.
Voy por los llanos deprisa
admirando su meseta,
apenas noto la brisa
en mi vida siempre inquieta.
Las llanuras solitarias
sufren estos desvaríos,
con fechas extraordinarias
se van secando los ríos.
G X Cantalapiedra.
Pasar deprisa Castilla
entre campos resecados,
viendo a su gente sencilla
que sueña suelos mojados.
Ese cielo enmarañado
sin nubes que arrastren lluvia,
es un presagio apagado
que nunca será fortuna.
Ruidos por las carreteras
entre motores airosos,
que suelen poner barreras
aquellos tiempos dichosos.
Este calor veraniego
que parece el mes de agosto,
sigue lanzando algún riego
con el sudor sobre el rostro.
Es la Castilla Sedienta
que presagia descontentos,
la lluvia sí que se ausenta
en estos grises momentos.
El polvo de los caminos
y de tierras con tractores,
hacen en la vida signos
de ser sufridos dolores.
Ríos que marchan sin agua
por esos campos preciosos,
nadie comenta en su fragua
los calores tenebrosos.
Voy por los llanos deprisa
admirando su meseta,
apenas noto la brisa
en mi vida siempre inquieta.
Las llanuras solitarias
sufren estos desvaríos,
con fechas extraordinarias
se van secando los ríos.
G X Cantalapiedra.