LA SECA: EL VIENTO DE LA MAÑANA...

EL VIENTO DE LA MAÑANA
Camine sin darme cuenta de que mañana era domingo, hoy que nada tengo en venta me siento como perdido. Un podenco me acompaña, me parece un fiel amigo, no me contesta por nada, solo me lanza un ladrido, Los dos caminando juntos, yo casi llevo un abrigo, aquí no tengo disgustos él las orejas al viento y por dentro un alarido. Sin prisa, pero sin calma como quien teme al destino, alguna noche reclama cambiar también de camino, Sus ojos de perro listo va mirando a todas partes, él tiene todo muy visto, más el caminar es arte. El viento de la mañana viene corriendo deprisa, la vida se vuelve vana y vas buscando sonrisa. Cuando la mente descansa, cuando temes el abismo, cuando la sombra se ensancha olvidas el costumbrismo. Hoy me fueron preguntando algunos buenos vecinos, y que quede hasta temblando al ver los penosos signos. El podenco no pregunta ni niega ser ese amigo que cualquier duda le asusta y todo lo ve castigo. Por la calle silencioso, otras veces lanza el grito de verse un perro orgulloso que puede romper el mito. Un podenco en el tresillo le vi lanzar un suspiro, yo quiero verle sencillo sin pegar su vida un giro. No se siente marginado, come con buen apetito, ni ve su mundo evocado a ser cazador de mito. Presumiendo de su porte, como cualquier chavalito, aunque no sube al trasporte si le gusta ser bonito. Podenco sin tener pegas, caminante sin destino, recorre calles y vegas y siempre suele hilar fino. No tuve amistad con perros, más este será mi amigo, es duro como los hierros sin darle jamás castigo. Mira la televisión y se siente prevenido, sobre su grande visión es un perro convencido. Todos le dicen podenco, y él se siente más erguido, sin querer sentirse horrendo se nota verse elegido. Amigo dame tu mano, vamos los dos de camino, aunque no te ves humano tienes un bello destino. G X Cantalapiedra.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Como siempre sus escritos llegan al alma.
Gracias!
Mirta S. Berrutti Carreño