MEJOR NI COMENTARLO
Eran los años de 1960, cuando el amargo silencio flotaba, en la Castilla Sedienta, cuando alguien si veía algo raro lo ocultaba y se callaba, eran tiempos donde en la Castilla Seca y polvorienta, nada pasaba importante, y las gentes se callaban. Si alguien se marchaba o se lo llevaban de aquel terreno, nadie hacía comentarios, incluso se pudo ver en el cine de aquel pueblo, la película de La Ley del Silencio, todo parecía normal, incluso cualquier salida forzosa, no solo de emigrantes, que la necesidad de buscar una vida algo mejor les obligaba a salir deprisa, cuando les ofrecían un trabajo más digno y remunerado, Pero hubo personas que nadie sabe donde se fueron ni donde acabaron sus huesos, Eran para la mayoría de los vecinos, EMIGRANTES FORZOSOS, Y si algún vecino veía tomar represalias contra un joven o otra clase de gente, por alguna autoridad, los demás se callaban, siempre se decía, “Donde no te llaman vas a palos saldrás”. Desde niño tus padres te comentaban, no te metas en líos, tu nunca vistes nada, ni sabes nada, y caminaras sin problemas, Durante muchos años aquel joven castellano, llevo en su mente una desaparición, de un exvecino suyo, preguntó a sus sobrinas, no sabían nada, pensaban que estaba su tío en Francia, incluso un hermano del desaparecido le pregunto, y este le dijo que no tenía ni idea. Que pensaban toda la familia que el se marchó a Francia, al verse solo con la madre enferma, Nadie en un pueblo donde semanalmente, emigraba dos familias a diferentes lugares, nadie sabia donde terminaban sus pasos, Y los desaparecidos si fueron forzosos no dejaron ni huellas de sus pasos, Estas historias se dieron en la Castilla Sedienta, y encima polvorienta. Esa meseta Castellana, donde la Ley del Silencio imperaba, unas veces por miedo y otras por diferentes circunstancias. G X Cantalapiedra.
Eran los años de 1960, cuando el amargo silencio flotaba, en la Castilla Sedienta, cuando alguien si veía algo raro lo ocultaba y se callaba, eran tiempos donde en la Castilla Seca y polvorienta, nada pasaba importante, y las gentes se callaban. Si alguien se marchaba o se lo llevaban de aquel terreno, nadie hacía comentarios, incluso se pudo ver en el cine de aquel pueblo, la película de La Ley del Silencio, todo parecía normal, incluso cualquier salida forzosa, no solo de emigrantes, que la necesidad de buscar una vida algo mejor les obligaba a salir deprisa, cuando les ofrecían un trabajo más digno y remunerado, Pero hubo personas que nadie sabe donde se fueron ni donde acabaron sus huesos, Eran para la mayoría de los vecinos, EMIGRANTES FORZOSOS, Y si algún vecino veía tomar represalias contra un joven o otra clase de gente, por alguna autoridad, los demás se callaban, siempre se decía, “Donde no te llaman vas a palos saldrás”. Desde niño tus padres te comentaban, no te metas en líos, tu nunca vistes nada, ni sabes nada, y caminaras sin problemas, Durante muchos años aquel joven castellano, llevo en su mente una desaparición, de un exvecino suyo, preguntó a sus sobrinas, no sabían nada, pensaban que estaba su tío en Francia, incluso un hermano del desaparecido le pregunto, y este le dijo que no tenía ni idea. Que pensaban toda la familia que el se marchó a Francia, al verse solo con la madre enferma, Nadie en un pueblo donde semanalmente, emigraba dos familias a diferentes lugares, nadie sabia donde terminaban sus pasos, Y los desaparecidos si fueron forzosos no dejaron ni huellas de sus pasos, Estas historias se dieron en la Castilla Sedienta, y encima polvorienta. Esa meseta Castellana, donde la Ley del Silencio imperaba, unas veces por miedo y otras por diferentes circunstancias. G X Cantalapiedra.