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LA SECA: EL PODER DE LA MENTE...

EL PODER DE LA MENTE
Aquel hombre del campo tenía una mente privilegiada, todas las fincas del término, sabía quién era su propietario, incluso si la finca era heredada o comprada, además conocía las enfermedades de las viñas, como era el oídio y el mildéu, además de la filoxera, era un hombre experto en temas agrícolas, Y aunque apenas sabia escribir, hacia unas letras de imprenta. Nadie podía pensar que apenas fue al colegio, que toda su vida incluida su niñez fue trabajar donde fuera. Primero con ocho años fue zagalillo, y más tarde obrero agrícola, eso sí, habilidoso sin límites, lo mismo labraba con bueyes que con burros o acémilas, su amor a la tierra castellana era a tope, y nunca quiso abandonarla, incluso estuvo en dos guerras, durante su mili, en la Revolución de Asturias, y luego nada más salir de la mili, poco después empezó la guerra incivil. Donde recibió un balazo en su cuerpo. En un pueblo de Ávila, Navalmoral de Pinares, paso tiempo convaleciente, en Plasencia, y en su mente pensaba, mi hermano menor ha muerto en la batalla de Brunete, cuando circulaba herido en una ambulancia, ni mi hermano ni yo fuimos políticos, solo hombres dispuestos a morir por no sé que causa. Este hombre viejo castellano, en sus noches y días trabajando, se sentía un desheredado de la vida, y tan solo se veía alegre, al ver su familia que fueron todos emigrantes forzosos. Y personas con dignidad a fondo. G X Cantalapiedra.