AQUEL HOMBRE CAMPESINO HUYENDO DE SU VIDA
Aquel hombre que trabajaba de obrero en su tierra castellana hace más de setenta y cinco años, tuvo que coger su maleta y sus pocas pertenencias y marcharse camino de no sé dónde. Los vecinos de su entorno, ninguno le apreciaba, era como un desterrado entre los que tenían que ser los suyos, pero el desprecio de todos ellos incluso de las mujeres era diario, se sentía desprotegido, ya que a los que ayudo en aquella maldita guerra, le dieron la espalda, y no le contrataban para trabajar en sus fincas, La familia de este hombre hasta lo pasaba mal económicamente, y estando arto de aquella situación por el mismo buscada, una noche quemado, por no contestarle los vecinos al darles las buenas noches, dijo a su esposa y su dos niños, nos vamos de este pueblo, donde el odio se respira por todas partes, donde no te perdonan que ayudaras a cierta clase de gente bien situada, y que ahora me dan la espalda. Aquella noche la familia empezó a preparar su maleta de madera, atada con una cuerda de las pequeñas, y a la mañana siguiente salir casi corriendo sin saber dónde situarse, Un coche de línea que iba a Valladolid, fue su primer paso, luego marchó a la estación de ferrocarril, nadie de su pueblo supo nunca donde terminaron sus huesos, ni de los de su entorno, digamos esposa e hijos, fue para aquel hombre una liberación de sus pasos, que solo le dieron fracasos, en su pueblo, cada vez que alguien hablaba de él, comentaban, cada cual tiene su merecido si obraste mal. Y tú conciencia no te dejara vivir en paz nunca, Las noches largas del invierno castellano, dan para pensar y hacer tu balanza de conciencia, y no se pueden borrar las traiciones a tu gente, ni luego disculparte diciendo que en aquel momento solo querías salvar tu pellejo. El tiempo no borra los pecados que se cometen contra tu propia familia, y vecinos, habiendo sido personas normales. La conciencia no gana las guerras, pero sus huellas se confiesan mucho en los hospitales, cuando te llega la hora final, Y TEMES SUFRIR EL JUICIO DE LA VERDAD. G X Cantalapiedra.
Aquel hombre que trabajaba de obrero en su tierra castellana hace más de setenta y cinco años, tuvo que coger su maleta y sus pocas pertenencias y marcharse camino de no sé dónde. Los vecinos de su entorno, ninguno le apreciaba, era como un desterrado entre los que tenían que ser los suyos, pero el desprecio de todos ellos incluso de las mujeres era diario, se sentía desprotegido, ya que a los que ayudo en aquella maldita guerra, le dieron la espalda, y no le contrataban para trabajar en sus fincas, La familia de este hombre hasta lo pasaba mal económicamente, y estando arto de aquella situación por el mismo buscada, una noche quemado, por no contestarle los vecinos al darles las buenas noches, dijo a su esposa y su dos niños, nos vamos de este pueblo, donde el odio se respira por todas partes, donde no te perdonan que ayudaras a cierta clase de gente bien situada, y que ahora me dan la espalda. Aquella noche la familia empezó a preparar su maleta de madera, atada con una cuerda de las pequeñas, y a la mañana siguiente salir casi corriendo sin saber dónde situarse, Un coche de línea que iba a Valladolid, fue su primer paso, luego marchó a la estación de ferrocarril, nadie de su pueblo supo nunca donde terminaron sus huesos, ni de los de su entorno, digamos esposa e hijos, fue para aquel hombre una liberación de sus pasos, que solo le dieron fracasos, en su pueblo, cada vez que alguien hablaba de él, comentaban, cada cual tiene su merecido si obraste mal. Y tú conciencia no te dejara vivir en paz nunca, Las noches largas del invierno castellano, dan para pensar y hacer tu balanza de conciencia, y no se pueden borrar las traiciones a tu gente, ni luego disculparte diciendo que en aquel momento solo querías salvar tu pellejo. El tiempo no borra los pecados que se cometen contra tu propia familia, y vecinos, habiendo sido personas normales. La conciencia no gana las guerras, pero sus huellas se confiesan mucho en los hospitales, cuando te llega la hora final, Y TEMES SUFRIR EL JUICIO DE LA VERDAD. G X Cantalapiedra.