AQUELLA TARDE PASEAMOS POR SAN ROQUE
Como si fuéramos extraterrestres, los seis amigos nos fuimos de paseo por San Roque, aquel domingo del mes de mayo, con las viñas brotando con fuerza, y los cereales dejándonos sus olas sobre aquella Cima, Faro de La Seca, Éramos seis amigos, algunos les echo en falta, ya no podré hablar con ellos en directo, quizá desde el más allá lo estarán recordando, Fuimos echando cuentas de las muchas personas que en aquellos años abandonaron la Villa, y si cada cual estaba en el buen camino, Enseguida salió a relucir Baracaldo, como lugar predilecto de los lasecanos emigrantes, luego enseguida echamos cuentas, con nuestros dieciséis años, del futuro que nos esperaba, éramos jovenes ilusionados, por poder volver a nuestra tierra algún día sin haber fracasado en nuestra marcha. Aquella tarde hablamos de las cosas a favor, y de las horas en contra, ninguno teníamos novia, aunque todos queríamos casarnos de mayores con chicas de nuestra tierra. Aquella tarde fue decisiva para nuestro futuro, los seis amigos pensando como seria nuestra vida fuera de allí. Hoy sólo queda un amigo en aquel valle, donde aquel día divisábamos todo aquel contorno, que parecía que nos pedía a voces salir corriendo, como parece que fue siendo, no tardo mucho el primer amigo en irse a Bilbao, otro amigo A Gijón, y otros dos amigos un poco más tarde a Madrid. Toda la conversación de aquella tarde parecía una próxima salida sin apenas espera. Era una época donde diariamente alguien se marchaba en su silencio, llevándose consigo un futuro quizá no demasiado dulce, y sabiendo que la salida siempre te dejaba alguna lágrima detrás. Aquella tarde yo me convencí de que el futuro está en las manos de quien quiere vivirlo, y que a veces las dudas se vuelven amarguras si la salud no te acompaña. El destino a veces llega en silencio y sin avisarte del todo, sólo somos seres humanos que decidimos la hora de partir, y de sentirnos mayores, aunque solo tuviéramos dieciséis años. G X Cantalapiedra.
Como si fuéramos extraterrestres, los seis amigos nos fuimos de paseo por San Roque, aquel domingo del mes de mayo, con las viñas brotando con fuerza, y los cereales dejándonos sus olas sobre aquella Cima, Faro de La Seca, Éramos seis amigos, algunos les echo en falta, ya no podré hablar con ellos en directo, quizá desde el más allá lo estarán recordando, Fuimos echando cuentas de las muchas personas que en aquellos años abandonaron la Villa, y si cada cual estaba en el buen camino, Enseguida salió a relucir Baracaldo, como lugar predilecto de los lasecanos emigrantes, luego enseguida echamos cuentas, con nuestros dieciséis años, del futuro que nos esperaba, éramos jovenes ilusionados, por poder volver a nuestra tierra algún día sin haber fracasado en nuestra marcha. Aquella tarde hablamos de las cosas a favor, y de las horas en contra, ninguno teníamos novia, aunque todos queríamos casarnos de mayores con chicas de nuestra tierra. Aquella tarde fue decisiva para nuestro futuro, los seis amigos pensando como seria nuestra vida fuera de allí. Hoy sólo queda un amigo en aquel valle, donde aquel día divisábamos todo aquel contorno, que parecía que nos pedía a voces salir corriendo, como parece que fue siendo, no tardo mucho el primer amigo en irse a Bilbao, otro amigo A Gijón, y otros dos amigos un poco más tarde a Madrid. Toda la conversación de aquella tarde parecía una próxima salida sin apenas espera. Era una época donde diariamente alguien se marchaba en su silencio, llevándose consigo un futuro quizá no demasiado dulce, y sabiendo que la salida siempre te dejaba alguna lágrima detrás. Aquella tarde yo me convencí de que el futuro está en las manos de quien quiere vivirlo, y que a veces las dudas se vuelven amarguras si la salud no te acompaña. El destino a veces llega en silencio y sin avisarte del todo, sólo somos seres humanos que decidimos la hora de partir, y de sentirnos mayores, aunque solo tuviéramos dieciséis años. G X Cantalapiedra.