NO PODEMOS OLVIDAR
Semana Santa en La Seca
con recuerdos siendo niños,
no hace falta tocar tecla
tan solo vivir cariños.
Aquel Cristo del Perdón
que iniciaba aquella marcha,
El Cristo de la columna
dicen que el dolor engancha.
Aquel Cristo Nazareno
con su túnica morada,
aquel con cara de bueno
su figura era admirada.
Jesucristo está en la Cruz
perdiendo su vida en calma,
de vez en cuando una luz
algún enfermo le llama.
Cerraba La Dolorosa
aquella marcha esperada,
el dolor no tiene rosa
ni su vista es contemplada.
Las voces del miserere
por La Seca se escuchaban,
era serio aquel ambiente
que hasta las luces temblaban.
La vuelta sobre aquel valle
era del dolor que marca,
se me olvida algún detalle
pero la historia me embarca.
Aquella Semana Santa
que yo viví de pequeño,
el recordarla me encanta
y hasta me siento risueño.
Sin campanas que sonaran,
sólo las grandes carracas,
hasta las casas temblaban
sin conocer grandes tracas.
G X Cantalapiedra.
Semana Santa en La Seca
con recuerdos siendo niños,
no hace falta tocar tecla
tan solo vivir cariños.
Aquel Cristo del Perdón
que iniciaba aquella marcha,
El Cristo de la columna
dicen que el dolor engancha.
Aquel Cristo Nazareno
con su túnica morada,
aquel con cara de bueno
su figura era admirada.
Jesucristo está en la Cruz
perdiendo su vida en calma,
de vez en cuando una luz
algún enfermo le llama.
Cerraba La Dolorosa
aquella marcha esperada,
el dolor no tiene rosa
ni su vista es contemplada.
Las voces del miserere
por La Seca se escuchaban,
era serio aquel ambiente
que hasta las luces temblaban.
La vuelta sobre aquel valle
era del dolor que marca,
se me olvida algún detalle
pero la historia me embarca.
Aquella Semana Santa
que yo viví de pequeño,
el recordarla me encanta
y hasta me siento risueño.
Sin campanas que sonaran,
sólo las grandes carracas,
hasta las casas temblaban
sin conocer grandes tracas.
G X Cantalapiedra.