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LA SECA: AQUEL HOMBRE HACIENDO CUENTAS...

AQUEL HOMBRE HACIENDO CUENTAS
Era un hombre ya con casi ochenta años, su vida la tenía bien vivida, y sus huesos empezaban a fallarle, hasta ese tiempo tuvo una salud bastante buena, pero le había comentado a su esposa que su salud se iba quebrando. La esposa le contestaba, eres un afortunado, no tienes nada que sea grave, y te morirás de viejo aburrido en tu ventana con visillos. El hombre aquel cargado de vida y trabajo en la agricultura, veía que sus piernas estaban cansadas, el podar las viñas era imposible, cojeaba de las dos piernas, y al levantarse apenas se podía vestir el sólo, se le venía a la memoria cuando sus padres eran mayores, que decían. Este reuma me va a matar, y estaban cojeando y mal andando durante medio día, luego por las tardes lo llevaban mejor. El hombre aquel se sentía cada día con menos fuerza, su memoria no le fallaba, conocía todas las fincas del su pueblo castellano, y sus caminos y términos, pero sus piernas le fallaban cada día más, no era capaz de bajar al “desguace de los jubilados”, para tomarse un café con sus amigos de toda la vida, aunque algunos se habían marchado para siempre, y los jóvenes eran muy pocos lo que entraban allí para jugar a las cartas o el domino, Sus bajadas a la Plaza eran contadas, y cuando le hablaban de la sequía, comentaba lo del final de la Segunda Guerra Mundial, el año 1945, no cayo un una sola lluvia en condiciones, incluso tiraron dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, los primeros días de aquel mes de junio de sequía y hambre, Tan sólo los que tenían pozos, pudieron regar a base de esfuerzo sus huertos, y las viñas con unos tallos muy cortos dieron muy pocas uvas, y decían algunos labradores de La Castilla Profunda, La vendimia y el verano se dan la mano. Realidad seria y triste, en aquellos años llamados del hambre, con todos los alimentos principales racionados, Las guerras sólo dejan hambre y miseria, y los ganadores a veces pierden a sus seres queridos. Aquel hombre se veía morir cada noche en su cama, sus dolores que aguantaba eran terribles, no podía ni doblar sus rodillas, y esperando que la guadaña le fuera a visitar en su rato de más dolor, le pedía a La Madre Naturaleza que le quitase de en medio. VETE A SABER COMO TERMINO. G X Cantalapiedra.