AQUELLA TARDE DE PODA, DE 1953.
Eran las cinco y media de la tarde, de aquel día de Nochebuena, aquel hombre lasecano, parecía tomar conciencia de la fecha que era ese día, estando, podando viñas en el pago de la Cepa Alta, pensó que era día de estar en casa, con toda su familia reunido, Preparó su vuelta a la Villa, con sus manojos de sarmientos, y sobre su burro Gallardo en su albarda le dejó tan pesada carga. Quizá mucho más de treinta manojos, ya que los manojos pesaban cada uno unos cinco kilos, y al estar recién podados, aun pesan más. Por El Camino de La Villa de San Martín, aquel hombre jornalero, el día de Nochebuena no pensaba en el dinero, Solo tenía en su mente, que era día de cenar en familia, con sus padres, esposa e hijos. Y caminaba entre el frío de la meseta castellana sin demasiado afectarle, bajando el Calvario Viejo, la noche le vino encima, y al llegar por esas calles, se olía buena cocina, En el corral de su casa descargaba sus manojos, y el burro marchó corriendo para meterse en la cuadra. La esposa le recibía, diciendo que ya era tarde, que los niños le querían verle al lado de sus padres. Esa noche de familia, sin lujos ni poner trajes, todo el ambiente se lía, en un amor por delante. Eran tiempos sufridores, eran años de coraje, con historias y leyendas de otros vientos y linajes, La Nochebuena en Castilla siempre ha tenido su anclaje, las gentes que son sencillas no precisaban de traje, Con un vino de la tierra, siendo. Cuna del Verdejo, vivían sus alegrías en esos bellos momentos, Las familias reunidas entre buenos sentimientos, los fuegos en las cocinas para llenar los braseros. Hoy recuerdo aquella frase de mi querido maestro. Castilla cría sus hombres, pero se los gasta luego. Hay frases que siguen vivas, con sus bonitos recuerdos, algunas hasta motivan si buscas alegres vuelos.
PAZ Y ALEGRÍA PARA LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD. G X Cantalapiedra. 23 – 12 – 2022.
Eran las cinco y media de la tarde, de aquel día de Nochebuena, aquel hombre lasecano, parecía tomar conciencia de la fecha que era ese día, estando, podando viñas en el pago de la Cepa Alta, pensó que era día de estar en casa, con toda su familia reunido, Preparó su vuelta a la Villa, con sus manojos de sarmientos, y sobre su burro Gallardo en su albarda le dejó tan pesada carga. Quizá mucho más de treinta manojos, ya que los manojos pesaban cada uno unos cinco kilos, y al estar recién podados, aun pesan más. Por El Camino de La Villa de San Martín, aquel hombre jornalero, el día de Nochebuena no pensaba en el dinero, Solo tenía en su mente, que era día de cenar en familia, con sus padres, esposa e hijos. Y caminaba entre el frío de la meseta castellana sin demasiado afectarle, bajando el Calvario Viejo, la noche le vino encima, y al llegar por esas calles, se olía buena cocina, En el corral de su casa descargaba sus manojos, y el burro marchó corriendo para meterse en la cuadra. La esposa le recibía, diciendo que ya era tarde, que los niños le querían verle al lado de sus padres. Esa noche de familia, sin lujos ni poner trajes, todo el ambiente se lía, en un amor por delante. Eran tiempos sufridores, eran años de coraje, con historias y leyendas de otros vientos y linajes, La Nochebuena en Castilla siempre ha tenido su anclaje, las gentes que son sencillas no precisaban de traje, Con un vino de la tierra, siendo. Cuna del Verdejo, vivían sus alegrías en esos bellos momentos, Las familias reunidas entre buenos sentimientos, los fuegos en las cocinas para llenar los braseros. Hoy recuerdo aquella frase de mi querido maestro. Castilla cría sus hombres, pero se los gasta luego. Hay frases que siguen vivas, con sus bonitos recuerdos, algunas hasta motivan si buscas alegres vuelos.
PAZ Y ALEGRÍA PARA LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD. G X Cantalapiedra. 23 – 12 – 2022.