LA SECA: Y LA LLAMABAN LA BRUJA...

Y LA LLAMABAN LA BRUJA
Caminaba entre suspiros, en las mañanas más frías, a veces pegando giros sufriendo melancolías. Era su vida las hierbas que a veces hasta cocía, Su vida la iba sintiendo entre dudas que sufría, Bruja, si, de ser mujer que camina por la vida, buscando siempre un querer para lograr su salida. Las noches muchas en blanco, leyendo mil fantasías, poco a poco iba estudiando las hierbas que ella comía. Sobre una casa sencilla supo de vivir su vida, y la gente de su villa la trazaron siempre herida. La Bruja desamparada, que a los niños recibía, y les curaba con hierbas que de aquel campo cogía. Curo brazos dislocados, supo entender la agonía, en sus pasos muy mirados quizá no logró alegría. Aquella mujer que quiso recordar leyendas vivas recibió más de un aviso criticando sus salidas. Hierbas que fueron curando nostalgias de noches frías, ayudando en las matanzas con chorizos y morcillas. La Bruja sale de noche, la Luna la da su brillo, dicen que no pone broche a su caminar sencillo, Linderones con sus hierbas, pinares de monte erguido, muchas gentes solo piensan que tiene un duro camino. Todos la llaman La Bruja por saber curar catarros, con hierbas que son hechizos, y nunca se sube en carros en los caminos plomizos. La noche siempre la noche con sus grandes adivinos, algunos la hacen reproche, aunque curara a sus niños.
La vida se fue marchando, La Bruja siempre en su sitio, el morir se fue notando, aunque la amaban los niños. Una Bruja de leyenda, una mujer con suplicio, que jamás uso las riendas de buscar el precipicio. G X Cantalapiedra.