LA SECA: ME DEJARON EL ASIENTO EN EL METRO...

ME DEJARON EL ASIENTO EN EL METRO
Era un día entre semana, pero recordé aun amigo. Me comentó hace algún tiempo que todo viene seguido, y que los años les notas cuando todo pega un giro, aquella tarde de invierno abrigado con motivo, me di cuenta de que los años no debieran ser castigos. Eran las ocho de la tarde, el Metro viene al completo, y una joven siempre amable me dijo venga a este sitio, Me quede medio perplejo, me asustaba aquel cumplido, me di cuenta de mis canas, y temí verme vencido. Han pasado muchos días, más me asusta si es cumplido, mi vida parece sana y temes sentirte herido. Voy por metro y autobuses, no quiero verme elegido, ni quiero tomar asiento como un viejo deprimido. No quiero vivir sufriendo, ni me agrada algún cumplido, los años los voy llevando como mejor he podido. Muchas personas mayores sufren al ver su destino, no quieren vivir sabores y no encuentran su camino. Amarrados a sus planes como viejos peregrinos, solo conocen refranes y temen los desatinos. No quiero sentirme viejo, ni llorar por los caminos, quisiera romper complejos de los más penosos signos. Mientras aguante mi cuerpo como aguanta cualquier pino, quisiera mirar al viento mientras escucho algún trino. No quiero sentirme roto, ni buscar un buen refugio, ni ponerle a nada coto cuando vivir es un lujo. Voy marchando sin problemas, tengo la mente sin sueño, jamás trazo los esquemas que pueda darme un empeño. Voy al Centro de Madrid con mis recuerdos vividos, no sueño ser adalid ni buscar tiempos erguidos. No me preocupa el asiento, ni marchó muy sorprendido, al no faltarme el aliento hoy me siento distinguido. G X Cantalapiedra.