OÍRAS LAS VIEJAS CAMPANAS
Cuando se acabe tu vida y no sientas las campanas, pensaras en agonía en las más frías mañanas, No busques sueños perdidos, ni quieras jardín con flores, en los sueños deprimidos quizá no existan amores, Los momentos desgarrados se marcharán sin clemencia, no busques sueños dorados ni quieras lograr decencia. Las campanas están mudas mientras tu vida no acabe, no busques horas absurdas que nadie tiene la clave. Solo el silencio se nota entre sufridos instantes, no debes hacer desprecio ni hacer gritos arrogantes. Una vez que te hayas muerto sonaran ciertas campanas, que dejaran sus clamores entre las palabras vanas. El destino va gritando sin comprender conclusiones, que la vida va dejando sin pregonar sus razones. Un perro viene ladrando para dejar maldiciones, luego se marchaba aullando en su mar de confusiones. Hay palabras que se vuelan sin explicar sus motivos, aunque muy poco consuelan sus preciosos adjetivos. Las campanas siguen mudas, entre silencios marcados, hablan de penas agudas al ver cuerpos marginados. Las lecciones de la vida pudieras ir recordando, y buscar cierta salida si ya no vas respirando. Estos tiempos de silencios que se temen sin desmayo, pudiera darnos desprecios con algún temido rayo. Que no toquen las campanas, que la muerte se ha parado, quizá suenen las mañanas de algún sueño recordado. Ya los vientos van clamando por encima de tejados, mientras seguimos pensando en caminos empedrados. Las sombras vienen corriendo en su mundo desbocado, hoy no pueden ir fingiendo su camino equivocado. El mañana no esta escrito, ni el futuro es encantado, hay dolores con un grito que se vuelve desgarrado. G X Cantalapiedra.
Cuando se acabe tu vida y no sientas las campanas, pensaras en agonía en las más frías mañanas, No busques sueños perdidos, ni quieras jardín con flores, en los sueños deprimidos quizá no existan amores, Los momentos desgarrados se marcharán sin clemencia, no busques sueños dorados ni quieras lograr decencia. Las campanas están mudas mientras tu vida no acabe, no busques horas absurdas que nadie tiene la clave. Solo el silencio se nota entre sufridos instantes, no debes hacer desprecio ni hacer gritos arrogantes. Una vez que te hayas muerto sonaran ciertas campanas, que dejaran sus clamores entre las palabras vanas. El destino va gritando sin comprender conclusiones, que la vida va dejando sin pregonar sus razones. Un perro viene ladrando para dejar maldiciones, luego se marchaba aullando en su mar de confusiones. Hay palabras que se vuelan sin explicar sus motivos, aunque muy poco consuelan sus preciosos adjetivos. Las campanas siguen mudas, entre silencios marcados, hablan de penas agudas al ver cuerpos marginados. Las lecciones de la vida pudieras ir recordando, y buscar cierta salida si ya no vas respirando. Estos tiempos de silencios que se temen sin desmayo, pudiera darnos desprecios con algún temido rayo. Que no toquen las campanas, que la muerte se ha parado, quizá suenen las mañanas de algún sueño recordado. Ya los vientos van clamando por encima de tejados, mientras seguimos pensando en caminos empedrados. Las sombras vienen corriendo en su mundo desbocado, hoy no pueden ir fingiendo su camino equivocado. El mañana no esta escrito, ni el futuro es encantado, hay dolores con un grito que se vuelve desgarrado. G X Cantalapiedra.